jueves, 22 de julio de 2010

Reporte caribeño de una chilanga con influencias jaliscienses.



El mero título hace que uno se sienta como heracliteano.


Es extraño ya casi cumplir un año por estos lugares y darme cuenta de que en verdad he vivido más que en muchos años. La vida en Playa del Carmen pasa como muy aprisa y de modo intenso, hay que vivir acá para comprenderlo de eso no tengo duda. Puesto que en meses parece que transcurren años por toda la experiencia de vida que se logra alcanzar. Es sin duda un lugar mágico pero también complejo para vivir. Se dicen muchas cosas al respecto y las digo:


Playa es Playa del karma. Cierto, uno o se pierde por completo en este sitio o se encuentra consigo mismo pues no sé qué pasa; si sea que todo mundo viene aquí como yo en autoexilio y por tanto en completa soledad y es así como sin duda y reserva uno accede a lo más profundo de sí.


Playa o te expulsa o te adopta: Uff sin duda, en primera instancia soportar el calor y los moscos es un martirio para quien no ha vivido aquí (y para quien lo hace) pero es como un ataque feroz de “Bienvenida” bastante rudo. Por otro lado, la gente local es muy poco amigable y es que siguen en conquista constante por lo que comprendo un poco su actitud. Y quienes viven aquí que no son locales resultan como una sociedad muy efímera con la cual si puedes entablar vínculos pero por un rato solamente ya que todo mundo va y viene, algunos ya ni vienen. Entonces esto hace que te sientas un poco más solitario y como en orfandad existencial, razón también por la cual o te pierdes o te encuentras.


Por otro lado también esta el factor económico, vivir acá es sumamente caro, como si viviese uno en el primer mundo, es extraordinariamente caro todo, hasta el antojito que uno se come re bara en cualquier sitio de otras ciudades uf acá lo cobran como si se tratara del caviar más lejano de Rusia, el trabajo, la vivienda son cosas complejas por lo mismo; acá es de lo más común vivir a lo europeo con compañeros pues de otro modo se paga mucho y por no mucho.


Sin embargo, ya llevo casi un año y seguro estaré más y quizá para siempre porque todo esto adquiere sentido y magia cuando de repente te topas con el mar turquesa, cuando a unos cuantos kilómetros descubres un paraíso, cuando respiras un aire puro y escuchas a la naturaleza. Todo esto tiene sentido porque el crecimiento que se adquiere de aprender a ser fuerte con respecto al clima, a la fauna y a los seres que van y vienen es por demás rico.


Todo esto es maravilloso cuando te topas con seres extraordinarios de diferentes partes del mundo que han experimentado y crecido de igual modo que uno y que saben apreciar y amar el mundo en el que se está. Todo esto, es por demás extraordinario ya que de algún modo la conciencia social se da y se lleva a cabo cuando se ve que todos andan en sus bicis y con sus perritos por demás consentidos. Si, es un mundo bello y por eso no es fácil habitarlo. Como alguien me dijo alguna vez, “El mismo lugar te cobra el uso de suelo pero después es maravilloso” honestamente, creo que a mi me ha ido bastante bien, no he padecido para mi sobrevivencia y en cuanto a lo emocional ahí voy pues no ha sido fácil aprender a ser fuere e independiente emocionalmente pero ahora hasta enamorada estoy.


miércoles, 21 de julio de 2010

Brincando

Brinca, brinca, brinca... Los juegos del vaivén siguen y todo en mi se torna extraordinariamente confuso, pero no por ello infeliz. Me muevo entre las sábanas del entusiasmo las cuales van tomando tonos azulados con morados y es que la sensación se mueve de repente con características que desconozco. Mi mente no puede estar en blanco, mi estrés crece de modo ineludible pero sin razón alguna y es que todo se pinta de nuevo de modos distintos. Estoy, permanezco pero no sé si demasiado quieta para lo que debo hacer... brinco y brinco sólo se que brinco.