domingo, 21 de marzo de 2010

El deseo pensado


Me descubro de los velos oscuros que me protegían y se hacían llamar miedos.

Observo desde dentro todo el contexto y descubro la fuente inagotable de sonrisas de colores y formas de estrellas. Navego por los mares del silencio, esos mares que conducen al paraíso de la belleza oculta.

Te pienso y me descubro ideas circundantes por ambos hemisferios cerebrales, de un lado a otro van paseándose con tu nombre por todas mis sensaciones y memorias recolectadas en estos años de mi existencia vaga. Transpiro olor a flores de invierno, tulipanes rojos para ser exacta, me muevo suavemente por mi mente tratando de no espantar las ideas de ti. Me gusta pensarte.

Pasan los instantes llenos de equívocos y sin sentidos pero los abrazo y disfruto pues saben a dulce semi enchilado. Me gusta esta sensación en mi lengua de combinaciones exóticas, de sinsabores conceptualizados y vendidos con novedad. Amo todos estos detalles que envuelven al ser, cobijándolo para que no se oscurezca el decir. Digo y repito decires como para nunca ser parte de tu silencio, no volverme un recuerdo sino una presencia quizá ausente pero constante. Una presencia…

Adviene el deseo, lo calmo para no estropear los momentos, pero lo siento y vive. Permanece cauteloso para no espantar a las almas solitarias, repite en un tono muy suave la melodía que le mueve hasta el inconsciente, baila en la mente y sueña.

El tono de la vida se pasea por los azules, los visita uno a uno para derivarse en violetas, color del misterio y si, se torna en un misterio inagotable de tonos, sabores y melodías que sólo los más aptos pueden percibir pues en la vida no todos estamos aptos para descubrir.

Descubrir, implica pensar y pensar implica agradecimiento; sólo el que agradece piensa y sólo el que piensa, se viste con los tonos del misterio y saborea las mieles del deseo. El deseo es inagotable lo mismo que las mieles; lo único que se agota es la voluntad de permanencia y pertenencia. Esta voluntad de poder que nos atañe tanto, tan humanamente tanto, al grado, que nos podemos convertir en bestias sin sentido y fundamento. De ahí la importancia de ser música, siempre melodía intocable, siempre palabra impronunciable y siempre deseo para poder pensar pero no sin antes agradecer.

sábado, 20 de marzo de 2010

La palabra de mi corazón


"Escribes palabras en mi corazón" esa frase la escuché ayer pero no recuerdo en donde. Pero me quedé pensando en ella y me cuestioné si realmente es posible que pase algo así. Obvio en sentido literal es impensable pero en sentido metafórico o figurado quizá si. Me puse a repasar sobre las palabras que pudiesen haber escrito en el mío y nada. Posteriormente pensé en personas que hubiesen logrado tal penetración y pues ... nada.
No considero ser un ser insensible sino todo lo contrario pero es que últimamente mi sensación de pertenencia me absorbe a tal grado que no pertenezco a algo específico simplemente ando y ando en mi auto exilio pero de lo más placentero.
Es bello ser tan libre como para ni siquiera poder leer el propio corazón. Soy sin palabra, ahora me torno silencio y me mantengo contemplando ¿para qué pronunciar lo impronunciable? ya no decir más es lo mejor en estos momentos. Mi palabra es sutil y silenciosa; sólo para mi.
Callo.

lunes, 15 de marzo de 2010

Bandeja de Entrada


He terminado de revisar mis cuentas de correos porque si, tengo varias. No entiendo cómo es que surgieron tantas pero creo que de modo automático se generaron como una especie de necesidad por categorizar. Total, que recuerdo cuando comenzaba esto del correo electrónico, recuerdo que me emocionaba mucho tener nuevos correos sin embargo, hoy suplico porque no lleguen y es que me resulta impresionante como la llamada "Bandeja de entrada" se ha convertido en el medio por el cual entra lo más insospechado del mundo no sólo virtual sino real.
Justo me llegó una carta en la que se revela el último de los secretos que encierran las cartas de Fátima, ahora resulta que por este medio si se puede saber la "verdad" obvio, es una carta cargada de sentencias acerca del fin de los tiempos en el que se explica que la única manera de "salvarse" es asumiendo a Cristo como el único dios real, lo cual implica que musulmanes, judíos, budistas tengan que creer en Cristo.
Bien, sinceramente no supe ni qué pensar sólo sentí una especie de incomodidad interna y no porque vaya en contra del cristianismo sino porque me llegó un tufo a manipulación. Si algo hace falta en este mundo es el respeto y la tolerancia ¿cómo es posible que se promueva lo contrario para crear conciencia?
Ah que triste es no querer comunicarse mejor con un mundo externo que cada día siento tan externo. No cabe duda que la verdadera paz está dentro de uno. Mi bandeja de entrada se ha convertido en un filtro social a eso hemos reducido las relaciones. Esta de pensarse creo yo...

viernes, 5 de marzo de 2010

El roble coleccionista de recuerdos


Estaba sentada en medio del bosque, ese que fascina a Hada Cosquillas. De pronto un gran roble cobró vida animada, se movió desde sus raíces, haciendo la función de pies y se acercó. Yo, como siempre, sólo pensaba y recolectaba de esas hojitas que sueltan los árboles y van tomando tonalidades especiales, tonalidades de tiempo. Las recogía para acrecentar mi colección. Entonces el señor Roble me preguntó que qué tanto hacía, le explique con detalles excelentes sobre mi colección y además le platique acerca de mis otras colecciones, la de dragoncitos, la de elfos y la más especial de todas, la de brujitas. Le conté sobre los porqués de cada colección y el sentido que tienen para mi.
El gran roble de modo humilde confesó no tener ninguna colección sin embargo, comenzó a compartirme una infinidad de experiencias que como todo árbol que ya ha estado en este mundo por mucho tiempo, contó experiencias de árbol sabio. Entonces, el gran roble contó y contó tantas y tantas bellas experiencias que me pareció magnífica su colección pues ésta consiste en recuerdos.
Sin duda alguna, hoy puedo decir que conozco a un gran roble coleccionista de recuerdos el cual aguarda en medio de ese gran bosque en donde Hada cosquillas gusta de sentarse a pensar pero principalmente, gusta de respirar los mágicos olores de la melancolía y sentir la brisa del recuerdo que ahora comparte con el gran roble.

lunes, 1 de marzo de 2010

Instante


Te descubro esta noche entre mis manos. Te sostengo y deseo que sientas todo lo que mi magia es capaz de hacer. Te hechizo con mis besos, mi lengua recorre toda tu geografía sintiendo los brotes de deseo que emanan de tu piel. Suavemente, camino con mis dedos por tus avenidas de placer, te descubro un sendero intocable y lo toco, te estremeces, te contraes por dentro y te dejas llevar por mis besos.
Me acerco a tu oído y sigilosamente susurro tu nombre acompañado de algún hechizo infranqueable, te sostengo un momento en el sublime instante para que toda tu sangre se vierta en un sólo espacio de tu cuerpo. Irrigación combinada de dolor y un tremendo placer que me bebo y sostengo para siempre.