jueves, 24 de marzo de 2011

Un funesto deseo de divinidad



Quisiera invitarte a jugar, a destruir mis ideales y que juntos las construyamos de nuevo. Si, quisiera hacer una especie de deconstrucción de mi ser en la cual aportes tus posturas e ideologías más novedosas. Es una pena y muy grande que nos encontremos tan lejos uno del otro, tan distantes. En ocasiones pienso que por querer mentarte de algún modo, lo único que he logrado es aniquilarte. En momentos pienso en que quizá como en algún momento lo mencionó Sartre, tú tan sólo eres una idea que surgió del espíritu creativo del ser humano.
Es complejo comprenderte y bien, como dice la tradición judía, no es cuestión de comprenderte pues eres lo incomprendible. Yo no creo en la postura de que eres un dios encarnado, con base en mis presupuestos filosóficos, esto es imposible y no daré argumentos pues sobran ya que mi intención no es convencer a nadie.
Eres la nada lo sé, eres el todo también lo sé, pero ¿qué soy yo respecto a ti? de hecho este simple diálogo es tan básico y bobo pero no sé otro modo de comunicarme. De ahí, que decidí hablar, opte por decir por medio de la palabra mi inconformidad, mi angustia y mi preocupación ante lo que acontece. El mundo esta esquizofrénicamente desenfrenado, está doliéndose ante la indiferencia del que le habita. Somos en el mundo pero ¿en qué clase de mundo? estamos enfermos del alma, nos descubrimos cada vez más aptos para conservar la belleza externa pero no procuramos la interna como si la vida fuera un cúmulo de logros artificiales y efímeros. Somos lo que debemos ser y la especie se ha olvidado de eso, ha ambicionado cosas sin sentido, las ha mentado y al hacerlo; les ha dotado de un sentido superior más aún que la vida misma. ¿Es esto la libertad que nos das quien quiera que seas? ¿es justo este el verdadero destino de la humanidad? ¿somos una especie en prueba y el resultado es que somos seres que sólo se comen entre si para subsistir? No cabe duda que la definición del concepto "Ser humano" es la de animal que se depreda comenzando por si mismo.
Pavor me da ver la realidad, clamo a la luna, al sol y a la naturaleza en general para que podamos verter nuestras esperanzas en la vida misma.
Es extraño dialogarte pero es mucha mi desesperación por comprender lo que somos, lo que soy ante tanta indigencia. Temo por ti, por el hombre y todo cuanto contiene su cabeza. Muerte, destrucción y violencia vienen a ser los conceptos de la época (entre otros) pero vaya, no es necesario hacer una semiótica de la realidad para darse cuenta de que esto va mal.
Dime, ¿acaso nada hay por hacer? ¿ de qué modo vamos a volver al origen de todo lo que hemos perdido en el camino? me siento laberínticamente cansada. Mi cabeza revolotea como si mis ideas tan sólo brincaran de un hemisferio a otro. No tengo sentido ni significado en nada de lo pensado pues mi voluntad ya te la cedo, me ovillo y me cedo ante la omnipresencia de lo infinitamente inteligible. Me doy...

domingo, 6 de marzo de 2011

Con el narco o en la milicia



Las imágenes previas nos causan cierta repugnancia, incluso hasta a los más fundamentalistas de pensamiento les puede causar escándalo. Y bueno, como mexicanos decimos "afortunadamente es en otros países bélicos" ¡sorpresa! en nuestro país ya se esta dando. Menores de edad están siendo reclutados para que luchen contra la delincuencia organizada.
Es un hecho, que nuestro país atraviesa uno de sus momentos más trágicos y bélicos de su propia historia. Y es evidente que no hay soluciones reales y sólo parches.
Hace un año aproximadamente, yo me vi en un proceso de selección para ingresar a la PGR a laborar. Sí, resulta que estaban solicitando filósofos para un proyecto de investigación especial en concreto, con la delincuencia organizada. Lo único que decían acerca del puesto era que el horario era de doce horas y que podían disponer de uno en el momento que quisieran, que el contrato era en calidad de confidencialidad y el sueldo no era despreciable. Bien, me sometí a todas la pruebas que se consideraron necesarias. En total fueron tres días de seis de la mañana a diez de la noche en pruebas; incluida la de polígrafo. En realidad me pareció impresionante el nivel tan denigrante de como lo tratan a uno, al grado que sin serlo, me sentí una delincuente peligrosa a quien debían tratar de ese modo.
Total, que el proyecto especial quedó en ello y no se llevo a cabo. Ahora se les ocurrió que otro modo de combatir el narcotráfico pues es enlistando a menores de edad a la milicia. Lo cual pues tiene "grandes ventajas" para los chicos. Obviamente pues no van a lanzar convocatoria a los colegios privados de las grandes ciudades del país sino a esos lugares que abundan en nuestro país en donde la incertidumbre y la pobreza es lo que se vive. Bien, la conveniencia es grande ya que les ofrecen seguro médico para ellos y sus padres, estudios superiores, sueldo quincenal, seguro de vida y gastos funerarios, pensión en caso de morir para sus padres, casa habitación en renta, prima vacacional, fondo de ahorro, farmacias económicas.
Pues en realidades como la de nuestro país si que conviene ¿no?
Es obvio que tienen que competir al "nivel" en ofrecimientos contra el narco pues supongo que los ofrecimientos de éstos tampoco están nada mal con base en las necesidades de la gente. Es una lucha de haber quien da más y mejor, para entonces ganar "Soldaditos" y seguir en guerra.
Al entrar estos niños a la fuerza armada, les obligan a firmar un contrato en el que deben permanecer el doble del tiempo de lo que dura su educación formativa y en caso de que cometan una falta les someten a un juicio militar de adulto. Ya es vasta la propaganda que se ha colocado en las terminales de autobuses, en las estaciones del metro y en diversos sitios.
Un subteniente del colegio Heroico militar describió claramente el perfil del ingreso para este proyecto: "Los adolescente de 15 a 17 años ya tuvieron que haber probado su resistencia y valor, ahora tienen que someterse a una prueba psicológica para saber si son aptos para obedecer. "Los cerebritos" no se quedan, más chance se le da a un chamaco promedio. El inteligente tiende a sentirse superior sobre los demás. No tolera que lo manden, lo rechazan. Y eso en el examen psicológico va pa' tras, no sirve para el Ejército, aunque sea muy cerebrito.
Bien pues ya saben, si se consideran inteligentes ni le intenten pues de entrada serán rechazados, quieren personas manipulables que en nuestro país sobran y no por capacidad sino por necesidad.

*La información fue tomada de revista PROCESO y las imágenes de google

jueves, 3 de marzo de 2011

Uniformando mentes


Hace tanto que no venía por aquí. Y no por cuestión de olvido sino porque en ocasiones la vida se torna tan cotidiana que para alguien como yo, es difícil considerar algo de ello digno de compartirse.
En este tiempo he pensado demasiado y sobre demasiados asuntos. Es complejo querer decir los temas pues devendría en una lista interminable de conceptos y hechos. Sin embargo, cuando nos vemos confrontados por algo, la cotidianidad adquiere ciertos relieves y por ende cobra una importancia especial.
¿Qué ha pasado? nada grave a nivel personal y en estos tiempos; es un lujo poder expresarse así. Lo que si ha pasado, es que por mi naturaleza necia, una vez más me he topado con pared. Me topo de nuevo con la pared de la dictadura institucional. Bien dice Lipovetski (a quien por cierto es delicioso leer) "Ya sólo queda en la palestra, el culto a la competencia económica". ¿A qué viene a cuento? pues a que soy testigo y víctima del arrebato social de consumismo masivo. No cabe duda que los tiempos son otros y parezco anciana al expresarme así y no dudo ya serlo para algunos, pues el tiempo es en suma un instante. La evolución se ha tornado el tiempo presente, todo lleva prisa pero paradójicamente, existe demasiado ocio.
Es curioso como el pensamiento ha dejado de tener importancia en el mundo cuando gracias a él, el mundo es lo que es. Y cuando mento mundo, me refiero a los seres humanos y su estilo de vida, sus modos de pensar y actuar.
Me han dicho que mi trabajo no ha sido suficiente como para conservarlo, es decir, no he vendido lo suficiente como para teñir los números rojos en negro. Cosa curiosa, no soy matemático. De números sólo sé que los mayas inventaron el cero y es mucho lo que sé, pues algunos este dato ni lo conocen.
Sin embargo, lejos de preocuparme mi "status" laboral; me duele la indiferencia con respecto a mis verdaderas cualidades lo cual traducido en el idioma de mi empresa se diría: " No reconocen mis competencias y me resaltan tan sólo mis áreas de oportunidad". ¡Por Zéuz! me parece más complejo este castellano que el de Cervantes. Y es que en definitiva; el lenguaje es lo menos preciado por este contexto. Somos números y resultados. Somos un binomio que consiste en: "Costo-beneficio".
¿Es esto la educación? ¿si somos rentables terminará la situación bélica con el narco en nuestro país? me dedico al ámbito educativo, vendo diplomados, si; es increíble que se diga de este modo tan pragmático y es que bueno, no es de extrañarse pues hasta los valores se venden.
Pero decía, me dedico al ámbito educativo en el cual no pierdo la esperanza de generar conciencia sin embargo, es tan preocupante que quienes dirigen cierto barco nos dejen ser naúfragos a quienes en verdad nos importa lo esencial. Lo esencial se podría decir que puede ser algo distinto para unos y otros pero apelo a la condición humana y ahí no puede haber intereses personales. Es decir, lo esencial es el ser humano y su bien común. A unos cuantos les preocupa y buscan hacer algo, me sumo en este grupo pero lamentablemente una vez más, confirmo que no hay cabida para la conciencia.
Uno de los detalles que más llamó mi atención en el discurso pronunciado acerca de mi desempeño laboral fue que causa cierto rechazo a mi labor, el hecho de que yo no porte el uniforme de la institución el cual sólo consiste en una blusa con el símbolo que identifica el lugar. Nunca he sido partidaria de los uniformes ya que me parecen de naturaleza socialista y por ende entonces implican congruencia. Una congruencia que yo jamás he visto pues sin duda lo que importa al portar un uniforme es que aceptemos que todos somos iguales independientemente de la jerarquía que tengamos en el diagrama empresarial y que todos comulgamos con la misma ideología cargada en ese símbolo del cual somos representantes.
Las ideologías siempre me han parecido un aparato de poder muy cruel y deshumano, la uniformidad, una hipocrecía irreverente ante la realidad de quienes se encuentran en la periferia de la sociedad. Para mi, implica más igualdad dar la mano a quien la requiera, ayudar a quien se pueda y despertar conciencia compartiendo los secretos del conocimiento.
¿Qué representa que alguien como yo no porte el uniforme? pues obviamente que no comulgo con los ideales, con las acciones vaya, que no estoy en realidad uniformada de la mente.
Es fácil fingir y portar un pedazo de tela igual al de todos quizá no me "cuesta" nada para una lógica de mercadeo pero para una búsqueda de sentido y autenticidad si cuesta y mucho pues no es cuestión de rebeldía, es dignidad y respeto por mi congruencia.
No me uniformo porque me gusta ser libre. Es tan penoso que nuestra sociedad siga alimentando antiguos prejuicios y que sólo se modernice en una dimensión tecnológica y neoliberal. En fin, es una pena que mis competencias no sean las adecuadas según los estándares de calidad de la empresa.