martes, 24 de marzo de 2015

Nostalgia filosófica o ¿de mi misma?

Recuerdo cuando te sentías mal por estar en soledad. Ahora debes estar lamentando no haber aprovechado ese espacio humano tan tuyo. 
¿Cómo se vive en la muerte? ¿se vive la muerte? sería paradójico vivir la muerte y es que nadie experimenta la muerte de otro como para poder dar respuesta a esto. Hoy ando algo sensible, lo reconozco y es que pasa que cuando llevo horas en silencio y tan sólo escucho la música me convierto en pura sensación. 
Estuve leyendo a Constante, si al gran Alberto Contante lo cual hace años no hacía, desde ese tiempo en el que nos amamos y terminamos odiándonos, bueno para ser sincera él me terminó odiando y sigo sin comprender exactamente por qué pues sin duda la pasión nubla la razón y Alberto con todo y su gran erudición perdió la templanza. Sin embargo, es maravilloso leerle, leí un libro pequeño de titulo Heidegger tal parece que abordar el pensamiento de Heidegger es inacabable, cuando creí que Alberto había agotado el pensamiento heideggeriano vengo a descubrir que hay mucho más en el tintero aún. Lo único que si me da pena es que acabo de leer un texto genial y lleno de pasión pero  sigo sin comprender cómo un ser tan miserable puede escribir cosas tan sublimes, en fin... así es Alberto quizá por ello le ame en esos años en donde me abordaba más la pasión por el conocimiento, hoy sin duda no me sentiría atraída por él algunos le alaban y le consideran un gran filósofo (hasta fama le han otorgado) pero otros le ven tal como es y mejor ahí le dejo.
Hoy también retomé mi diálogo con Mongardi o mejor dicho con "Chalán" y no, no fui a ninguna sesión espiritista simplemente encontré las cartas que me daba que si bien no eran cartas eran una especie de reflexiones tal como la que me salió para Eu-genio y es que creo que los filósofos dejamos de hacer cartas para sólo escupir pensamiento (que mal hábito) pero es que eso de las cartas coloquiales me parecen ya tan burdas. En fin, decía que retome mi diálogo con "Chalán" y me recordó a Eduardo Nicol, me acordé de una plática que tuvimos ahí en el Fondo de Cultura en la calle Chapultepec en la ciudad de Guadalajara, por cierto, era mi sitio favorito; el café no sólo era de calidad sino que la atmósfera infestada de silencio y textos era de lo mejor. (extraño tanto eso...) recordé con qué pasión me platicaba sobre la metafísica de la expresión de Nicol, texto que en ese momento yo estaba leyendo y "Chalán" dijo algo maravilloso " Nicol es más grande aún que Heidegger" recuerdo que me indigné un poco pues en ese entonces Martin Heidegger era mi máximo y le refuté pero acto seguido, me miró con esa cara tan dulce y peculiar de él (un anciano tan sabio y bello) y me dice " Laurita: Nicol no fue Nazi y tú mejor que nadie debe entenderlo, además Nicol escribió en español cosa que debe decirte más a ti y finalmente, Nicol comprendió lo sublime del lenguaje y no sólo habló de él como Heidegger" ufff me costó mucho trabajo aceptar tan aventurado juicio sobre Heidegger pero hoy al recordar tremenda afirmación, he decidido releer a Nicol pues sin duda algo muy cierto había en esas palabras dado que eran venidas de un sabio y sin duda observaba todo aquello que quizá yo hasta el día de hoy puedo comprender. Han pasado como diez años de ese diálogo y es hasta hoy que tal parece que estoy preparada más allá de lo intelectual para comprender estos textos que hoy reencontré. ¿Por qué será que a los filósofos nos ciega tanto la soberbia y lo justificamos con conocimiento? en definitiva, he decidido ir más allá. Y aquí soy muy heideggeriana  ( bueno ¿en qué no? ) pero yo como el mago del pensamiento, aspiro a ser pensador y no filósofo pero no esta demás aclarar que el pensador es digno de serlo si va de la mano con la humildad de lo contrario; es meramente un acto intelectual. Mientras tanto, aquí seguiré dando lo poco que soy... y algo de la banda sonora de mi existencia que nunca falta, porque cierto es; que nada hay donde falta la palabra como dijo Hölderlin pero yo agrego que nadie Es donde falta la música. 


domingo, 22 de marzo de 2015

Sobre la falacia del existir

Hoy, como cada domingo tan sólo me dediqué a estar en casa y sólo leer. Últimamente no encuentro más placer que el de estar a solas e inmersa en un texto. De repente se hizo presente la novena sinfonía de Beethoven y es que no puedo negar que esa obra causa un placer a mi ser, similar al personaje de Kubrick. Justo en el cuarto movimiento del minuto diez deviene un momento que hace que mi mente se inunde de un éxtasis que segura estoy, es lo que explican aquellos especialistas en el arte como una experiencia estética o lo que Walter Benjamin explica como el aura de la obra de arte. En fin, interrumpió mi lectura y de ahí tan sólo surgió un rato de mera contemplación. Ahí es cuando apareció de nuevo este cuestionamiento que me vengo haciendo ya desde hace un buen tiempo el cual es: ¿Quién diablos nos enseñó a vivir tan erróneamente? y es que vivimos en una realidad tan condicionada a tanta estupidez que de verdad cada día confirmo más mi no pertenencia al mundo. Empezando con conceptos como el amor, la libertad, la verdad, la culpa. este último es uno de los favoritos en la sociedad. Todo aparato ideológico de poder hace uso de él como una especie de antídoto que pone al ser humano, si, un antídoto no sólo para amedrentar la capacidad de pensar sino también la de ser libre y por ende es que nos enseñan que el amor es una especie de meta a alcanzar y entonces la vida humana se basa en gran parte en la "búsqueda del amor" mientras el humano busca el amor, nos hacen temer a la libertad y por ende sentir culpa. Vaya modo de ser tan inauténtico. El amor es algo tan natural como respirar, pero nos han metido la idea de que si amo a alguien entonces me cedo al otro por tanto, si amo a un hombre debo ceder mi individualidad debo ceder mi libertad. ¿No parece más una pesadilla de encarcelamiento? el amor conlleva a la libertad, coexisten si no sabes dar su libertad al otro entonces simplemente no amas sólo añoras poseer y entonces en esta lucha campal entre el ser amado o ser poseído esta la culpa en medio. Me explico: si yo expreso mi verdadero sentir aunque implique decirle al otro la verdad de lo que pienso y ese otro se siente mal por tanto, debo sentir culpa.  Y entonces surge hasta a nivel sociedad el gran "Derecho a la libre expresión" sinceramente me mofo de esto porque es absurdo que exista un "derecho" a esto en una constitución cuando es más parte de la condición humana. Todos podemos expresar lo que verdaderamente pensamos y sentimos y no deberíamos sentir culpa alguna si lo que esta vertido en nuestras palabras es verdad. El lenguaje es mágico y no debemos temerle porque ya lo dijo el poeta Hölderlin "Nada hay donde falte la palabra" y en efecto, la palabra es la que da testimonio de lo que es uno. Y es a partir de la palabra que debemos proclamar nuestra existencia como algo que valga la pena ser vivido. Siempre he pensado que una existencia bien vivida es aquella que resulta del conocimiento de si mismo, aquella que se vuelve religiosa sin profesar algún credo, aquella que sabe vivir lejos de la multitud o como decía Heidegger, fuera de la dictadura del "se", aquella que sabe apreciar la soledad como un momento de plenitud y no de aislamiento y vacío. Es por ello que pienso que un sentimiento como la culpa siempre esta demás en un existencia auténtica puesto que tan sólo es algo que la sociedad ha vertido en nuestras mentes y tan sólo es una fantasía que a lo único que nos lleva es a la pérdida de nosotros mismos. Actuar desde el amor implica que de repente seamos duros y porque no, hasta de odiar al otro pues no son contrarios esos conceptos, la vida es eso; buscar el equilibrio y ya lo decían los griegos desde entonces, la vida es lograr la virtud de la templanza. Virtud, bella palabra que nada tiene que ver con nuestros pobres conceptos, buscar la virtud es trabajar desde mi naturaleza humana a ser un buen ser humano o como dirían los griegos, un humano virtuoso pero nuestra asquerosa cultura nos mete que debemos ser "mártires", "santos" "Héroes" y todos estos nunca cometen errores y por ende nunca sienten culpa.  Añoro un mundo que se deje de categorías absurdas y de falsas ideas pues de verdad eso hará que evolucione la especie y deje de estancarse en culpas cuando son fantasías. El amor es así y es de lo más fácil y natural. 

domingo, 15 de marzo de 2015

Hoy tuve una epifanía.

De la estrella más luminosa deviene la sonrísa perfecta. El campo se abre hacia el abismo innombrable por los mortales. Prendo una vela como rito de unión y así, te de luz en tu camino. Esto nos hará permanecer.
Brillas en el cielo para iluminar mi oscuridad, ahora mi bosque es más diáfano, ahora sólo hay viento que descubre los misterios. Los vaivenes de la vida se muestran más claros para mi y es que siempre hace falta el sacrificio para obtener la claridad, y decidiste ser el sacrificio para así darme la respuesta a lo que buscamos siempre juntos. Ahora me toca vivir por los dos, habitando mi existencia con tu recuedo. Hoy andaremos por ahí dilucidando en silencio, poetizando sin temor alguno ya, te has unido a los dioses y como espíritu te unes al cosmos. Hoy ya no somos palabra. Hoy ya sólo soy signo fonético que comienza a rescribirse.  Esto es la vida, si, un cúmulo de devenires que hacen de uno la construcción más perfecta si así se requiere.


Mi mundo adquiere un sentido único,  la inmortalidad como fundamento. Ahora si, no habrá dolor, ya  estas a salvo de la humanidad encontraste la llave de salida en forma de arma y lograste irte. Lo único que si lamento es que no hay modo de comunicarnos y por ende no podrás contarme si es verdad que hay algún sitio mejor habitable y si es posible ver a Ella. Pero es lo único que lamento, por lo demás todo me parece perfecto.


lunes, 9 de marzo de 2015

El mundo hoy parece quedo, camino por doquier y parece que tan sólo floto. Juego a que soy invisible ¿algún día lo habré sido? toco mis ojos y me percato que si se encuentran abiertos, muy abiertos por cierto. Deambulo por ahí, por donde me gusta y es que no hay mejor sitio para hacerlo que los recovecos de mi cuerpo.
Hoy fui ahí, a ese sitio que en un tiempo me perteneció ( o eso pensaba) volver ahí fue nostálgico y es que todo esta muy diferente y a la vez igual. Me dolió. Evadía regresar ( como suelo hacerlo) esto de evadir es un verbo que me gusta conjugar de repente. Pero hoy ya no pude dejar de asistir. Dolió, si, ya sé que lo he escrito pero cuantas veces sea necesario lo haré porque el dolor fue profundo. Pero nada mejor que un dolor como ese para retirar por completo el recuerdo y por ende recomenzar.
Conforme pasan los días por mi ser, más convencida estoy de lo absurdo que se torna la vida cuando la intenta uno vivir como los demás. En definitiva, no soy de este mundo puesto que conforme paso horas aquí (que en tiempo humano son años) reafirmo lo erróneo que resulta el modo de existir. 
La verdad es que amo a la vida pero mi mecanismo de sobre vivencia ha sido el sarcasmo y la ironía porque de lo contrario me sería imposible respirar ese aire infestado de falsedad. 

Hoy por ello hice esas cosas que suelo hacer y que me causan un disfrute impresionante:
1) Oler el barniz de mis uñas y pintarlas de negro.
2) Masticar muchos chicles a la vez con tal goce hasta exprimir por completo el sabor y cambiarlo de inmediato por otros.
3) Escuchar música sólo para mi con audífonos y bailar (porque bailo mucho a solas, jamás en público).
4) Soñar despierta.
5) Escribir un poema (muy malo por cierto, se requiere estar enamorado de repente)
6) Pasear a Merlina y decirle que la amo.
7) Beber un café por la tarde a solas en el área común y pensar.
8) Sentarme afuera de mi casa y recibir a los murciélagos.
9) Conversar con alguien importante para mi.
10) Leer.

Todo esto, son tan sólo detallitos de lo que es mi día, y es que cada día es tan distinto. Mañana tengo una cita interesante, no hablaré mucho al respecto porque más que ser una cita con alguien es conmigo misma. Ya lo requiero. Hace ya días que no veo a E. y es que es tan igual a mi, tan aislado, tan solitario, tan libre, tan independiente, tan celoso de su espacio y tiempo, tan yo y yo tan él. Ricoeur aquí si que tiene razón pero la verdad le ando torciendo el brazo un poco al Francés porque ni se refiere a eso, él se refiere a la empatía que implica el ser un hermenéuta y yo sólo hablo del hecho de ser los que somos. Pero aún así, suena bien eso de citar a un filósofo para que no sea tan extraño esto de la similitud con E. Y es que todo lo que es así;  extraño, suele gustarme pero en este caso suele asustarme en fin, menesteres del alma que gusto de meter a la conjugación del verbo yo evado, tú evades, nos hacemos mensos y así con cada pronombre personal. (esto de la gramática suele ser entretenido).  Por cierto, hoy escribí una carta a E. espero ir pronto al correo a ponerla porque es una promesa hecha que no he cumplido aún. Seguro a E se le ha olvidado pero el no cuenta con mi cerebro pues yo nunca olvido lo que digo ( a veces es desafortunado el hecho) pero pensaré bien si enviar esa carta porque como siempre, sólo escribí de mi con un dejo de ficción y surrealismo ya saben que a todo le pongo fondo musical pero es que en definitiva, yo no existiría sin la banda sonora de mi propia existencia. Y como ya no hay mucho que decir, mejor dejo un poco de esa banda sonora...