domingo, 15 de marzo de 2015

Hoy tuve una epifanía.

De la estrella más luminosa deviene la sonrísa perfecta. El campo se abre hacia el abismo innombrable por los mortales. Prendo una vela como rito de unión y así, te de luz en tu camino. Esto nos hará permanecer.
Brillas en el cielo para iluminar mi oscuridad, ahora mi bosque es más diáfano, ahora sólo hay viento que descubre los misterios. Los vaivenes de la vida se muestran más claros para mi y es que siempre hace falta el sacrificio para obtener la claridad, y decidiste ser el sacrificio para así darme la respuesta a lo que buscamos siempre juntos. Ahora me toca vivir por los dos, habitando mi existencia con tu recuedo. Hoy andaremos por ahí dilucidando en silencio, poetizando sin temor alguno ya, te has unido a los dioses y como espíritu te unes al cosmos. Hoy ya no somos palabra. Hoy ya sólo soy signo fonético que comienza a rescribirse.  Esto es la vida, si, un cúmulo de devenires que hacen de uno la construcción más perfecta si así se requiere.


Mi mundo adquiere un sentido único,  la inmortalidad como fundamento. Ahora si, no habrá dolor, ya  estas a salvo de la humanidad encontraste la llave de salida en forma de arma y lograste irte. Lo único que si lamento es que no hay modo de comunicarnos y por ende no podrás contarme si es verdad que hay algún sitio mejor habitable y si es posible ver a Ella. Pero es lo único que lamento, por lo demás todo me parece perfecto.


No hay comentarios: