sábado, 28 de diciembre de 2013

¿Feliz año nuevo?


No entiendo por qué cada año según el calendario gregoriano, se tiene que festejar pero en medio de ritos paganos, religiosos, supersticiones y peor aún; nostalgia. Cada uno de nosotros cumplimos un año cada año y es justo ese nuestro fin e inicio de año.Sin embargo, tal parece que como una necesidad de reiterarnos que somos parte de un grupo, nos tenemos que juntar y jugar a  que todo esta bien.
En verdad ¿todo esta bien? recuerdo que hace años se festejaba en casa, hubo cena y la familia unida, todos ellos y ellas; tíos, tías primos y primas y bueno hoy parece que todo eso se ha desvanecido en forma de recuerdos, como si de una película vista en el pasado se tratase. Recuerdo que en aquella ocasión Sofía como siempre comenzó a interrogar y es que en efecto, en casa había abundancia de alimentos, risas y manifestaciones afectivas hasta el extremo (exageradas algunas a mi parecer como siempre me ha parecido la vida) y Sofía se preguntaba mientras tanto ¿qué hacían en Kuwait? si, era la guerra de ese tiempo diciembre de 1990. Me parecía obsceno estar entre festividades cuando en otro lado del mundo se estaba entre misiles.
Maldigo en ocasiones esta conciencia mía, quisiera ser tan superficial y tan parte del mundo a veces pero es que tal parece que al nacer me condenaron a ser paria de este mundo al que convencida estoy, no pertenezco en lo absoluto.
Fukuyama y su fin de la historia me viene a mente, este año que terminará según el calendario gregoriano, es un año sin futuro y como no hay futuro, no hay fin por tanto, ni siquiera es posible hablar de un fin de la historia. Curioso, ayer fui a un restaurante en donde me atendió un mesero que portaba el nombre de Lenin y yo, al escuchar su nombre me despertó la curiosidad y no evite el preguntarle ¿sabes quién fue Lenin? se sonrojó y me dijo "No, ese nombre me lo pusieron yo no lo elegí" vaya decepción la mía pero es que este aparente simple detalle sin sentido, refleja precisamente mucho del sentido mismo de la historia. Un tiempo en el que no damos importancia al nombre que portamos es apocalíptico y más aún, si ese nombre que portamos también lo portó un gran revolucionario que derrocó al último Zar de Rusia y que no te importe ufff es más que apocalíptico, me resulta terrorífico. ¿por qué? no porque me guste hacer drama donde no lo hay sino porque nos demuestra que estamos en un momento de la historia de la banalidad. En donde lo que importa es algo que yo sigo tratando de decifrar.
"feliz año nuevo" versa el cliché de estos días sin embargo, no es más que un lugar común a donde van todos para sentirse cómodos y olvidarse de lo que realmente pasa. Este 2013 en las siguientes naciones acontecieron hechos bélicos: Sudán, Turquía, Afganistán, Pakistán, Malí, Nigeria, República del Congo, Kenia, Siria, Líbano, África Central, Irak, Jordania, Israel, y otros más.  Y ¿qué decir de nuestro país? que si, esta en guerra, Michoacán es un claro ejemplo de lo mucho que habrá que festejar ¿no? en fin, no es que sea negativa o que Cioran se haya poseído de mi (ojalá ja) sino que considero importante decir que no podemos dejar de lado la realidad, ésta realidad que me consume y me hace a la vez paria de este mundo que simplemente no comprendo pues me parece absolutamente delirante.

martes, 10 de diciembre de 2013

Habitar poético


Para el sastre de sueños y misterios que
 hoy comienza a ser inquilino de éste mundo.

He leído a Rilke pues la imagen que esta aquí, me recordó su primera Elegía.

"¿Quién, si yo gritara, me oiría desde las jerarquías
 de los ángeles?,y aún en el caso de que uno me 
cogiera
de repente me llevara junto a su corazón: yo
pereceria por su existir más potente.
Porque lo bello no es nada más que el
comienzo de lo terrible, justo lo que 
nosotros todavía podemos soportar,
y lo admiramos tanto porque él, indiferente,
desdeña destruirnos. Todo ángel es terrible"

Toda oscuridad es claridad previa, la noche oculta a Dios, guarda y protege lo sagrado. El ser se devela al amanecer cuando todo es claro, diáfano y por tanto quizá comprensible. Nuestro ser es voluntad siendo ésta el fundamento de la historia, del arte. Vivir es una aventura, un riesgo que vale la pena tomar desde el nacimiento. Todo ángel es terrible, pero no todo lo terrible deviene en oscuridad. El problema en ocasiones es la conciencia que hace que escapemos de lo presente. Nos hace habitar en mundos futuros, en los porvenires que en ocasiones ni llegan. Es preciso entonces de repente ir "al otro lado" lo que para Rilke sería transformar nuestra manera de acceder al mundo. Vivir orientado, introducido a la intimidad de la naturaleza, arrojados al éxtasis del movimiento mismo de la existencia. Dejar de ser excluidos y habitar en el amor. El problema es que amar implica siempre amar a alguien como Platón en el Banquete. Tener a alguien ante sí, y en ocasiones por el descuido del impulso ciego de la pasión sin objeto, el amor lejos de acercarnos a la esencia de lo natural, nos aleja, y nos coloca en el estado de la incertidumbre y de nuevo debemos comenzar el viaje hacia la feliz realización. El gran Novalis dijo algo similar: "Soñamos viajar por el universo. ¿El universo no está entonces en nosotros? no conocemos las profundidades de nuestro espíritu. Hacia el interior conduce el camino misterioso. La eternidad está en nosotros con sus mundos pasado y futuro." De lo que se trata todo esto, es de aprender a surgir de la naturaleza, a la plenitud, a la superabundancia de la existencia terrestre. Arriesgarse más allá de la vida, superarse a sí mismo. ¿Cómo? a través del lenguaje pues ya lo dijo mi bien amado Martin Heidegger " Todo ser se da en el recinto del lenguaje". 
Hablar, es esencialmente transformar lo visible en invisible, es entrar en la intimidad con el Ser, es rendir culto a Orfeo quien murió más que nosotros al confiar en la especie, murió en nosotros mismos.
Hölderlin poeta de poetas, nos dice "Y mientras el hombre calla en su tormento, un dios me dio el poder para poder decir cuánto sufro" La palabra es consagratoria, nos lleva al ámbito de la espiritualidad y nos hace existir. Poetizar es existir, consagrar el mundo para que advengan esos dioses y funden lo sagrado en nuestro mundo. Habitar el mundo poéticamente es habitarlo siendo uno mismo, en servidumbre al Ser que adviene a nuestro encuentro lingüístico y nos hace decir lo que el habla, habla.