No entiendo por qué cada año según el calendario gregoriano, se tiene que festejar pero en medio de ritos paganos, religiosos, supersticiones y peor aún; nostalgia. Cada uno de nosotros cumplimos un año cada año y es justo ese nuestro fin e inicio de año.Sin embargo, tal parece que como una necesidad de reiterarnos que somos parte de un grupo, nos tenemos que juntar y jugar a que todo esta bien.
En verdad ¿todo esta bien? recuerdo que hace años se festejaba en casa, hubo cena y la familia unida, todos ellos y ellas; tíos, tías primos y primas y bueno hoy parece que todo eso se ha desvanecido en forma de recuerdos, como si de una película vista en el pasado se tratase. Recuerdo que en aquella ocasión Sofía como siempre comenzó a interrogar y es que en efecto, en casa había abundancia de alimentos, risas y manifestaciones afectivas hasta el extremo (exageradas algunas a mi parecer como siempre me ha parecido la vida) y Sofía se preguntaba mientras tanto ¿qué hacían en Kuwait? si, era la guerra de ese tiempo diciembre de 1990. Me parecía obsceno estar entre festividades cuando en otro lado del mundo se estaba entre misiles.
Maldigo en ocasiones esta conciencia mía, quisiera ser tan superficial y tan parte del mundo a veces pero es que tal parece que al nacer me condenaron a ser paria de este mundo al que convencida estoy, no pertenezco en lo absoluto.
Fukuyama y su fin de la historia me viene a mente, este año que terminará según el calendario gregoriano, es un año sin futuro y como no hay futuro, no hay fin por tanto, ni siquiera es posible hablar de un fin de la historia. Curioso, ayer fui a un restaurante en donde me atendió un mesero que portaba el nombre de Lenin y yo, al escuchar su nombre me despertó la curiosidad y no evite el preguntarle ¿sabes quién fue Lenin? se sonrojó y me dijo "No, ese nombre me lo pusieron yo no lo elegí" vaya decepción la mía pero es que este aparente simple detalle sin sentido, refleja precisamente mucho del sentido mismo de la historia. Un tiempo en el que no damos importancia al nombre que portamos es apocalíptico y más aún, si ese nombre que portamos también lo portó un gran revolucionario que derrocó al último Zar de Rusia y que no te importe ufff es más que apocalíptico, me resulta terrorífico. ¿por qué? no porque me guste hacer drama donde no lo hay sino porque nos demuestra que estamos en un momento de la historia de la banalidad. En donde lo que importa es algo que yo sigo tratando de decifrar.
"feliz año nuevo" versa el cliché de estos días sin embargo, no es más que un lugar común a donde van todos para sentirse cómodos y olvidarse de lo que realmente pasa. Este 2013 en las siguientes naciones acontecieron hechos bélicos: Sudán, Turquía, Afganistán, Pakistán, Malí, Nigeria, República del Congo, Kenia, Siria, Líbano, África Central, Irak, Jordania, Israel, y otros más. Y ¿qué decir de nuestro país? que si, esta en guerra, Michoacán es un claro ejemplo de lo mucho que habrá que festejar ¿no? en fin, no es que sea negativa o que Cioran se haya poseído de mi (ojalá ja) sino que considero importante decir que no podemos dejar de lado la realidad, ésta realidad que me consume y me hace a la vez paria de este mundo que simplemente no comprendo pues me parece absolutamente delirante.
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