miércoles, 28 de marzo de 2012

Philip Glass y yo

Esto de que los programas de computadora sean inteligentes, en ocasiones resulta maravilloso. Lo digo, porque resulta que el Itunes decidió ponerme a Philip Glass. Hace tanto que no lo escuchaba que estoy casi segura de que por él vine aquí, a mi blog.
Recordé muchos momentos de inspiración y otros de simple catarsis, momentos que me hicieron venir a escribir a este espacio que me parecía tan mío, tan íntimo y tan mágico. Si bien, he dejado de escribir porque resulta que eso que creía era una tonta fantasía dado que es tan público y tan protagónico que mejor huí.
De repente aparezco y curiosamente casi todos los últimos textos comienzan "hace tanto que no venía" jajajaja ahora que me leo, me parezco tan torpe. Pero bueno, mi ausencia nada tiene que ver con la pereza mental pero si con un pánico a la hoja en blanco que por ello decidí retirarme de las letras propias por un rato para empaparme de letras de otros. Y bueno, sigo igual.
Pero Philip Glass es culpable de que mis manos comenzaran a bailar al son de las letras, las comas y los puntos. No prometo que surja un gran texto pues semejante coreografía no la podemos llevar a cabo mis manos y yo pues la pista de baile de letras nos da un poco de miedo aún. Pánico escénico si.
Por ello prefiero contar un poco que mi ausencia ha servido para que yo pudiese viajar al país del destierro y conocer al enigmático catalista de nombre Saryon. Traté con toda la casta de los Duuk-tsarith y junto con Joram (el hombre muerto) emprendí un viaje lleno de magia, duendes y poderes surrealistas que me llenaron el alma de colores intensos y llenos de alegría.
No crean que ahora si me volví orate tan sólo me alejé de la sociedad para meterme en el mundo de los textos. "La espada de Joram" es un texto divino y más por el recuerdo que me evoca pues resulta que este libro junto con los otros dos volúmenes que siguen; me los obsequio un compañero de filosofía cuando estudiaba en la UP (de donde por cierto, salí corriendo) Bertin, así se le llamaba y bueno no era muy amigo mío sin embargo, un día llegó y me dijo "mira estoy seguro de que esta historia te gustará pues es muy tú" y yo sólo le dije "¿cuándo los quieres de regreso?" a lo que respondió "son regalo".
Para ser franca, no los leí nunca hasta ahora pues quizás si son tan yo, que preferí descubrirme cuando estuviese preparada.
Total, que dejé descansar a Murakami y viajar a otro tipo de mundo. Sin embargo, confieso que no me es suficiente la literatura pues mi esencia es filosófica y siempre tengo que estar leyendo a un filósofo de lo contrario me siento traicionera.
Adorno, si; es mi acompañante en estos tiempos y si bien, a pesar de que se la pasa poniéndome en el análisis social pues resulta que lejana de ésta he estado. De repente pienso que prefiero ser teórica pero cuando doy clases me descubro en la praxis.
¿He contado que he estado estudiando una maestría? pues si, ya casi la termino y nunca lo había mencionado -creo- sin embargo lo que puedo decir es que lo único que me motiva de eso es terminarla pronto dado que me interesa ya estar inmersa en mi investigación de tesis que finalmente es lo que quizá valga la pena. Adorno, es precisamente quien me anda aconsejando sobre el tema y bueno, la teoría crítica es lo mío.
Total que tan sólo ando divagando y todo porque Philip Glass apareció de nuevo en mi vida. Aún recuerdo a Aquél gran filósofo que me hizo amarlo y que despertó en mi la necesidad de habitar poéticamente el mundo. A.C es sin duda un ser humano que marcó un gran paradigma en mi vida y que hoy, con sus recuerdos tan sólo hago notas musicales con estilo Glass.