jueves, 13 de agosto de 2015

De misticismo y estupideces humanas.

Ella era mística, sabia y bruja. Uff quisiera que algún día dijeran eso de mi. Hildegarda de Bingen.
una de las mujeres que más me ha inspirado en la vida. A veces me cuestiono por qué las grandes mentes deben padecer tanto, por qué deben sufrir la vida y no disfrutarla y gozarla como el común de las personas. No es pretensión personal pero a veces me identifico tanto con esos seres. No comprendo por qué a mis casi cuarenta años sigo sin encontrar sentido a la existencia. sé que hay un sentido pero no sé cuál, sigo viendo tantas incongruencias que no comprendo a ciencia cierta de qué va la vida.
La mayoría de las veces sufro la existencia y creo es porque en verdad mi mente no esta hecha para este mundo. Alguien me dijo hace muy poco "Brujita recuerda que una filósofa no es entendida ni aceptada en un contexto donde la ignorancia es lo que prevalece y ante la incapacidad de comprenderte mejor te rechazan y te expulsan" una vez más que pasa en mi vida, que no pertenezco y duele, de verdad duele. No he hecho algo más estúpido que a pesar de lo consciente que estoy de lo que es la humanidad, sigo creyendo en ella y sigo confiando. Algunos me han dicho que me ha faltado malicia, yo me pregunto ¿es necesario tener malicia para sobrevivir en este mundo? ¿no les parece patético que tengamos que llenarnos de actitudes poco honestas y trasparentes para "relacionarnos" y no salir heridos? me asquea una vez más la humanidad y sus modos de ser. Quizá tenga que partir pronto de este sitio pues cuando ya no hay mucho que aportar es mejor retirarse.
De verdad desearía vivir en le encierro contemplativo  como Hildegarda, vivir para tragar libros y posteriormente, vertir todo lo aprendido en un texto mío, en un descrubrimiento mío, creo que aportaría más a la humanidad de este modo porque en definitiva me declaro incompetente para relacionarme con los seres humanos de modo "normal" pues la mayoría de las veces, resulta un fracaso. Son tan pocos los seres humanos con los que puedo convivir. En ocasiones pienso que sin serlo, realmente vivo como una especie de mística posmoderna pues es más el tiempo que paso a solas con mi pensamiento que en compañía de algún ser y cada vez son menos los espacios en los que convivo, sin duda; es lo mejor. 
Ante la estupidez humana con la cual ya no puedo lidiar, prefiero envolverme en un halo de misticismo y dedicarme a la contemplación y salir tan sólo para lo indispensable como trabajar, cumplir y cobrar. Así mantendré mi vida solitaria y podré tener lo necesario para pensar y ya.