Había pensado que quizás ya no tenía caso seguir alimentando este blog. Al entrar y analizar qué valía la pena del mismo me dí cuenta de que todo era valioso para mi. Ha sido una especie de biografía escrita por mi misma en la que he ido marcando cada época y etapa de mi vida, he ido mencionando cada situación de trascendencia y de no tanta, he puesto mi banda sonora existencial, vaya, si que Hada Cosquillas se ha hecho mi marca personal.
Ha sido complejo escribir en los últimos meses y no por falta de tiempo sino por no saber cómo expresarme y es que ante lo que no se puede decir mejor callar decía ese gran pensador tan citado en este blog.
He amanecido en suma sensible, de ahí que vine aquí a re leer todo lo escrito y me impresiona como hace años que voy dando cuenta de mi a mi misma. Me trajo la emoción llamada Merlina y buscaba el texto "Oda a Merlina" lo encontré y reiteré de nuevo que sin duda es el ser más bello en mi existencia. Merlina ahora en su ancianidad sigue estando a mi lado, sin enojos, ni juicios, tan solo ha estado como compañía incondicional. Es el ser que realmente ha estado conmigo en todo momento, me ha demostrado un amor sin esperar nada más que la caricia, el plato de agua y croqueta. No hay más allá para Merlina, simplemente mi presencia le basta para sentirse plena. ¿Por qué en tantos años no he aprendido a ser como ella?
Quisiera en verdad aprender sus virtudes que si bien Aristóteles me diría que un perrito no podría tener virtudes pero estoy segura que él no vivió con un can. Los perros son el más claro ejemplo del amor incondicional, del amor real. Yo en verdad quisiera que todos los seres humanos nos hicieramos más perros ( en este sentido) y todo aquel que ha vivido con uno me dará la razón, son seres mágicos, seres que vienen al mundo solamente a dar amor. ¿Se imaginan, que tu existencia solamente sea para ello, para amar? otro mundo sería sin duda si con nuestra conciencia tuviésemos alma de can.
Hoy dedico estas palabras a mi Merlina que aunque no sepa leer con juegos y caricias se las haré saber, porque hay días en que ella es la única que me hace sentir que mi vida tiene un sentido, hay días en lo que ella es la única que me devuelve una caricia, hay días en que solo comparto con ella mis penas, mis alegrías. Nunca estoy sola porque siempre la tengo a ella a mi lado, respetuosa, sigilosa, en ocasiones algo gruñona y exigente pero ella es el ser que ha cubierto mis heridas, las ha lamido con su amor y me mueve la colita cuando sabe que necesito de alguien. Merlina es sin duda el mejor regalo que me ha dado la vida. A veces en verdad quisiera ser la cuarta parte de lo que ella cree que soy. Quiero aprender a ver como ve ella, a sentir como siente ella y a dar como da ella; el día que lo logre, podré decir que si ha valido y mucho la pena esta vida. El día que mi actitud ante la vida sea tan desinteresada con la vida misma podré decir que mi alma es pura y moriré en paz. Hoy les comparto este amor tan grande que siento por ella porque sé que todo aquél que tiene un amigo perrito, entenderá la emoción de la que hablo y comprenderá la necesidad de hacerlo patente.