viernes, 4 de enero de 2019

La tiranía del tiempo




El tiempo es ser decía Heidegger, ah no, decía al revés "El ser es tiempo" o como sea que quiera que lo haya dicho. El tiempo, el gran recurso ilimitado que no para de desgastarse, no hay modo de decirle "hey espérame tantito en este instante, dame chance" no, el tiempo es tirano y tajante. Además no hay modo de que te devuelva el pasado. ¡Maldito tiempo! 
En realidad quisiera irme de este mundo donde el tiempo se escurre como líquido. Bien decía Bauman al respecto, todo se va de modo rápido sin tregua ni compasión. Quisiera durarán más los días para poder leer muchos libros más, saber más del mundo, conocer más sobre muchas cosas. Apenas y llego a la cuarta parte del camino que hubiese querido andar en los menesteres literarios. 
El tiempo ha sido una categoría tan estudiada por muchos, por filósofos, físicos. Muchos han escrito sobre él y es que se liga con el principio y fin de la vida, se habla de los orígenes del tiempo, como si realmente alguien haya vivido el origen del tiempo, hay teorías pero nadie ha dado testimonio al respecto. Y esto me parece lógico, nadie ha sido eterno ni lo será. Muchas historias sobre la eternidad se han escrito pero ninguna advierte "esto es un hecho real".
Ni hablar, el mundo peleándose por sandeces cuando lo verdaderamente importante es el tiempo. En ocasiones lo imagino como un gran ente moviéndonos de un lado a otro, dibujando sobre nuestros cuerpos sus señales de estar habitándonos, incluso desapegándose poco a poco de nosotros. Somos de él, le pertenecemos al tiempo y es por ello que hoy vivo con culpa por haber perdido tanto tiempo en tonterías, en nimiedades que tan sólo pasaron por mi vida sin dejar rastro de significación alguna. Triste es la realidad cuando te das cuenta y haces conciencia de que el tiempo ahí estuvo desde que naciste y que esta en cada instante pero te deja ser, no te advierte de que se irá y un día simplemente no volverás a existir. Cuando escucho a alguien decir " es que no tengo tiempo" tan sólo sonrío pues ¿cuántos absurdos no damos por verdades? 
Hoy por ello contaré 1, 2, 3.... mediré el tiempo quizá en una de esas, descubro el misterio de mi levedad y el desperdicio de mis emociones. Tanto cliché que me viene en mente y quizá hasta yo misma me he convertido en uno. 
Ruego a Zeus se apiade de mi y mis incongruencias el día que el tiempo decida alejarse de mi ser. Mientras tanto, te comparto un minuto de absurdo................................................................................................................................................
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Es lo más auténtico que puedo dar en éste, mi tiempo de penuria.