domingo, 27 de septiembre de 2009

De decepciones



Hace tanto que no vengo por acá. Y es que pasa que cuando creemos que tenemos un lugar especial es mejor no visitarle cuando se esta realmente mal. Cierto es, que este había sido un espacio de venir y escupir todo ya sea alegre o no, sin embargo, mi estado emocional es tan confuso que no sabría ni qué poner. ¿Será crisis de escritor? nahhh! lo dudo porque ni escritor soy. Es que este mes en sí es complejo y no porque sea el mes en qué nací sino porque se convirtió en el mes en que una parte muy especial y querida de mi ser murió.
En ocasiones me pregunto porque habrá personas que se inventan tragedias cuando a quienes nos toca vivir cosas fuertes nos cuesta tanto superarlas. Conozco personas que han sido capaces de inventarse hasta un cáncer o de crear historias trágicas que terminan siendo más de terror que de compasión. Esto lo digo a cuento de que al hacer memoria pues si son varios los años ya en los que la vida me cambio de modo radical, en los que incluso tuve en mis manos también la más bella oportunidad de mi vida como la de haber encontrado un amor y estar formando un proyecto común. Hoy, ando aquí en este bello lugar pero completamente sola  y asumiendo lo que me corresponde de responsabilidad por mis decisiones. 
Creer, esa es la clave de todo esto, haber creído y una vez más cometí un error en creer en quien no debía. Ahora entiendo que no importan los años de "conocer" a alguien, veo que no importa el cariño real que uno ofrece, que finalmente las personas piensan en si para si y por si
Esta es la dinámica de esta selva de convivencia humana y bueno... ¿qué se le va hacer? sigo indagando de cualquier modo en la antropología filosófica, en el sentido y significado de todo pero es curioso como vienen a mi tantos comentarios, detalles que hoy, y digo "qué tonta" pues cómo hasta hoy, me develan tanto.
Bien, esto es lo único que puedo escribir, he dejado de tener fe en la gente, he dejado de creer en la relación incondicional humana, sin duda sólo son pocos muy pocos los que en verdad me aman y tienen nombre Antonio e Isabel pues finalmente ayer fueron los únicos que estuvieron, a la distancia pero estuvieron para consolar mi desesperación, mi llanto y la profunda tristeza que me cargo. Los amo a mi padre y a  mi tía. De la familia si se puede esperar sin duda, y no de toda.

4 comentarios:

Miguel dijo...

Creo que es parte de la naturaleza humana el decepcionarse de la gente que nos rodea, en distintos niveles, quizás.

Yo me he sentido decepcionado de gente muy cercana a mí, de quienes esperé que actuaran o fueran diferente en ciertas etapas de mi vida.

No fue así y ni hablar, no puedo hacer nada más, pero... aquí viene lo interesante... uno cambia en su manera de ser hacia esas personas.

Que ni se les ocurra volverme a pedir algún favor o esperar algo de mí, porque dudo que lo obtengan.

¿Venganza? No. Simple naturaleza humana.

Emma Laura dijo...

Gracias por comentar mi querido Miguel, ya sabes que se te estima y gracias por hacerte presente y hacerme sentir comprendida en este sentimiento.

MacFran dijo...

Ánimo Laura!!!
Llevas toda la razón del mundo...en los momentos en que realmente necesitas ayuda hay contadas personas que están ahí...
Creo que las expectativas puestas en los demás nos defraudan más de lo que quisiéramos... pero ¿qué podemos hacer? Tampoco se puede ir por el mundo con el alma ennegrecida, creo... Tal vez en eso consista la vida...en un deambular entre obstáculos y praderas...no se, no nos queda otra que aguantar lo que venga...así que mucho Animo!!!
Ya ves que mi filosofía brilla por su ausencia...
Un abrazo!!!

Emma Laura dijo...

Jajaja Francisco dibujaste una sonrisa en mis labios. Tienes toda la razón.
Te mando un beso muy grande