Para Itzel, una sabia que sabe ver a través de mi oscuridad.
Dicen que soy una dama oscura. Si, lo soy. Lo que no comprenden es que mi oscuridad radica en el hecho de que no hay deslumbre alguno. No es fácil deslumbrarme y como murciélago puedo ver en la oscuridad porque es justo en la oscuridad donde radica la verdad, lo auténtico y es que no hay cabida para el error. Lo oscuro es oscuro y ya, no hay tonos, lo que es Es y ya.
El mundo se empeña en hablar de lo oscuro como lo negativo pero poco saben de ello realmente, de lo oscuro surge la luz y no al revés. Sí, mi anatomía es oscura, cada recoveco de mi cuerpo transpira oscuridad, entre los pliegues que se hacen emana la voz del sentido que hace de mi lo que soy. Soy mujer, seducción, misticismo, soy bruja porque busco llegar a ser sabia.
La oscuridad es mi esencia y no por ello soy hija de la maldad. El amor es oscuro, poco claro, a veces tan timorato que cuesta trabajo y mucho esclarecerlo. ¿hará falta hacer eso?
Históricamente se habla del oscurantismo como aquella época del medievo en la que no hubo avance alguno. Mentira vil, en lo que todos temían a un dios, había algunos que estaban sacando de su oscuridad la verdad en forma de conocimiento nuevo.
Dicen que soy una dama oscura, pues halagada me siento por ello porque eso somos las brujas. Oscuridad en potencia de hacer brillar la existencia de la humanidad.
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