Hace unos días me ganó el ocio o quizá la procrastinación de
todo lo que tengo que hacer y que me puse a ver unos capítulos de Made in
México, lo cual me generó una sensación
completamente nauseabunda a lo Sartre. Me parece sin duda, no sólo un
mal producto de la plataforma sino un insulto a quienes somos mexicanos. Cierto
que por desgracia existe ese México de élite pero que para nada representa al
común de la población. Me parece grotesco que en uno de los capítulos una de
las chicas gasta en un par de aretes 25 mil dólares cuando es una cantidad que
muchos de nosotrxs jamás veremos y si la vemos no será para pagar tremenda
banalidad.
Lo que es preocupante de todo esto, es no solamente que nos
presentan la triste
(ironía) y difícil
historia que resulta ser la vida de estos chicxs cuyos problemas curiosamente
son tan humanos como los de cualquier otro hijo de vecino, así como decían en
mi época “Los ricos también lloran”, el problema real de esto es que se
invierta en un reality tan alejado de
lo que en verdad es México, un programa que nada tiene que ver con la vida de
la mayoría de cualquier mexicano que trabaja para ganarse el día a día ¿pues
qué pretenden? ¿hacer creer al mundo que todos hablamos spanglish? ¿es real que
así hablan los de la élite? ¿así de pobre es su dominio del castellano?
Pero eso si, debo reconocer que si se esforzaron por sacar
sitios típicos de la Ciudad de México sólo de la CDMX, como Xochimilco y sus “góndolas” ¡Por todos
los dioses del Olimpo! Otra pareja, sale en el meritito centro, en la gran
Tenochtitlán en donde el joven le presume a su novia (que viene directo desde
New York) sus raíces y ésta al preguntarle si ya había vivido eso antes (una
limpia de copal) él le dice “no jamás” lo bueno es que es re mexicano.
No soporté más de este reality
lamento no poder decirles más detallitos pero espero no se atrevan a hacer
segunda temporada pues el centro de todo la complicadísima trama, es la
necesidad de casarse por parte de las mujeres y los traumas de todxs.
Honestamente, habiendo tanto por presumir de este país tan rico en cultura,
flora, fauna; con personajes dignos de ser no sólo conocidos sino reconocidos,
con una historia digna de contarse, con sitios emblemáticos, lugares mágicos;
deciden que deben invertir en trasmitir las vidas vacías y banales de unos
cuantos seres que serán muy conocidos en su diminuto círculo pero sinceramente
o soy muy prole pero yo no tenía idea
de quién era cada personaje. En verdad me parece preocupante e indignante que
productos de esta índole sean lo que se consume y peor aún, que desde el título
ya denota un malinchismo y una enorme ignorancia de lo vertido en esa
serie. Cabe destacar que si tratan de
enaltecer el lado humanista de los personajes pues grabaron poco después del
terremoto del 19 de septiembre y cuentan sobre su gran despertar de conciencia,
ayudando a los pobres jodidos que se quedaron sin nada por tremenda tragedia,
una muestra clara del asqueroso humanismo que tanto critica Zizek y por la cual
al igual que él me promulgo a favor de la intolerancia. Humanismo disfrazado
cuando detrás de sus opulentos estilos de vida sólo hay una reproducción de la
explotación y la ignorancia que tanto hace daño a este país pues es justo esa
la ignorancia que hace más daño, no la del analfabeta sino del que tiene
recursos hasta para haber estudiado en Harvard y aún así se esmera en conservar
hueco el cerebro.
Nos presentan a una joven Hanna Jaff que sinceramente apenas
conocí ahí y que es una mujer que se dice altruista ( cabe señalar que aspira a
la política) y que tienen el ego más grande que su propia complexión corporal.
¿Es esto México? En verdad ¿es esto lo que buscan hacer creer al mundo que
somos los mexicanos? Ruego a mis dioses mayas, aztecas, toltecas, olmecas y los
que faltan que esto no pase de ser una indignación personal porque si este
reality resulta ser un éxito me niego a ser “made
in México”
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