martes, 22 de diciembre de 2009

Para Yv

Mi alguna vez hermana cósmica, te escribo en mi blog porque no me atrevo hacerlo en otro lado. Yo también te vi, se me encogió el estómago y no supe qué hacer, sentí un dolor inmenso y pasó en mi mente una película de buenos recuerdos me dolí y desde entonces si, mi mirada triste apareció. Quise borrarte del mapa de mis emociones e incluso de mi mapa existencial; pero me di cuenta de que no es posible pues mi hermana fuiste y el que muera un hermano causa un dolor que nunca sana.
Sigo acá, en tu paraíso y por eso siempre te estaré agradecida pues me doy cuenta de que no te equivocaste al pensar este lugar para mi, he crecido y aprendido lo que en años no había hecho. Lamento tanto lo acontecido, me causa un profundo dolor sin embargo creo que debió pasar pues de lo contrario, otro hubiese sido mi rumbo por acá.  Discúlpame por lo hecho pero nunca quise dañar sólo amar de eso puedes estar 100 por ciento segura, siempre quise actuar de modo adecuado pero en definitiva todos los seres humanos somos tan distintos y contradictorios que ha sido mejor para mi ofrecerte mis disculpas y retirarme para siempre. Pues no tengo ya nada que dar de mi. Gracias por tu mensaje, me dio gusto saber que sentimos lo mismo y es que hubo un gran amor entre nosotras, una hermandad que nunca tendré con otra amiga.
Hasta siempre!

Laura

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te he leído. Gracias por un espacio en tu mundo. Creo que algo grande merece una bella despedida y creo que hoy es el momento de hacerlo.

Han pasado muchos días desde nuestra muerte. Sin embargo cada día lloro tu partida. Ahora que te leo y que apareces en mi vida por unos instantes, no paro de llorar. Quizá no me permití llorarte en su momento y ahora mi alma llora y mi espíritu también.
Un sentimiento de orfandad se apoderó de mí. Ya que tú eras en mi vida un soporte, mi mano derecha y a veces hasta mis ojos y mente. Confié en ti, te admiré por tu gran inteligencia y don de usar la palabra tan bellamente, te quise mucho y aún quiero mucho ese recuerdo de los momentos bellos que compartimos, de esas carcajadas, pláticas, llantos, amores, locuras, tonterías etc...

Hoy te lloro... sin embargo, Lauro, amigol. Me encanta que sigas por estos lares y que estés creciendo y encontrando lo que tanto buscas y anhelas. Yo por acá sigo creando sueños y persiguiendo otros. Y así seguiré por siempre... porque creo que nunca nada será suficiente para mí... es como una condena.

Te abrazo y abrazo ese recuerdo y ese lazo que un día nos unió tan fuerte.

Siempre.

Yv