Hoy
llueve y mucho. Estoy llena de lluvia.
Mi
cuerpo sintió un frío que hace tiempo no sentía y es que también hace tiempo
que no susurraba la voz de la nostalgia a mi oído.
Llegué
a casa, me cambié la ropa por algo cómodo y abrigado y me oville para sentir mi
propio calor. Me recordé a mi misma lo reconfortante que resulta mi compañía.
Llevo
días pensando en muchas situaciones de mi vida que han hecho que mis emociones
brinquen de un sitio a otro de mi mente haciendo de ésta un caos de ideas y
conceptos que difieren entre si. Y es que cuando uno anda deprimido se esta en
un estado en el que en cualquier instante deviene la lucidez, pero mientras
llega, se vive en una intensa búsqueda de sentido que termina siendo un gran
laberinto.
Aquí
estoy y así ando, andando un laberinto sin saber si aún quiero salir…
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