viernes, 10 de abril de 2015

La muerte del arte es la muerte de dios.

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He estado leyendo las noticias de todo el mundo, si, son por demás angustiantes un "je sui" por acá, otro "je sui" por allá. Sin embargo considero, no se trata de SER  lo que no somos, se trata de Ser lo que en verdad somos pero que no sabemos cómo. Conversaba con un  amigo sobre lo mal que nos han educado y es que nos han enseñado las categorías y los conceptos de un modo que no son. Nos dicen "esto es el bien, esto es el amor, esto es la justicia". Siempre insisto en que debemos volver a los clásicos y si es preciso, a los Griegos ( los de antes) y es que ellos si comprendieron la esencia de las cosas. Ahora entiendo a Husserl y su preocupación por hacer una fenomenología y creo -desde mi muy pobre estar en el mundo- quizá es lo que él notó y por ello intentó un método en el que pudiésemos acceder a las cosas en si, cero prejuicio, cero precomprensión de las cosas. Y es que quizá es así como podríamos desprogramar nuestras mentes y volver a empezar a conocer el mundo.
Es indispensable des-educarse para poder lograr vivir bien. Hoy a leer la noticia de cómo han ido acabando con los monumentos en Irán me dolí y ciertamente no es la primera vez que acontece, cada guerra termina con miles de monumentos, sin embargo, acabar con los monumentos es a mi parecer de lo más funesto. Un monumento como aquellos que están destruyendo es la representación del odio que ya siente la humanidad por si misma, de la pobreza de espíritu que existe pues destruir al arte es destruir el alma humana, es destruir aquello que en verdad contiene la esencia del ser. Un mundo sin arte sería un mundo desquiciado y sin sentido. El arte dota de verdad a la humanidad y terminar con ello, con la verdad; es terminar con todo. ¿Qué nos queda sin el arte? ya lo decía Heidegger, nos queda la penuria, nos quedan estos tiempos indigentes en los que lo único que puede salvarnos es el arte y lo estamos destruyendo, estamos acabando con el alma de la humanidad. Los dioses han huido y la noche del mundo acaece y se instala la penuria. ¿Qué hacer? es simple, debemos hacer poesía. Sólo el poeta es capaz de prestar atención al rastro de los dioses huidos. El poeta es el único capaz de invocar lo sagrado en esta época de la noche del mundo. Nietzsche lo dijo "Dios ha muerto" y la sociedad occidental lo ha interpretado como un ateo sin remedio, como hijo de satán casi casi cuando en realidad, Nietzsche tuvo toda la razón Dios ha muerto y lo dijo desde su más auténtico ser religioso si después de haber pronunciado tal sentencia debió firmar "Nietzsche el gran místico". 
Necesitamos aprender a guardar silencio y dejar de hacer tanto escándalo, debemos aprender a escuchar la poesía del mundo pues hoy día ni los mortales son capaces de conocer su propia mortalidad ni siquiera están capacitados para ello pues viven temiendo la muerte sin ni siquiera saber cómo vivir y es porque no son dueños de su propia esencia y es como la muerte se refugia en lo enigmático, el misterio de su sufrimiento permanece velado y todo porque no se ha aprendido el amor . Recuerdo unos versos de mi amado Rilke:
No se reconocen los sufrimientos,
no se aprende el amor,
y eso que en la muerte nos aleja,
no se devela.
Sólo el canto sobre la tierra
consagra y celebra. 

Y en homenaje al gran Nietzsche algo de su mejor amigo y su gran enemigo. Y muy amado por mi además muy venido al tema. El ocaso de los dioses de Wagner. 


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