martes, 28 de abril de 2015

Y de pronto brilló...


Es curioso como puede uno despertar un día y en el sitio menos pensado y del modo menos concebido aparece. Si, ahí frente a uno se devela esa estrella que quizá resulte efímera pero que aún así emociona al alma. Hoy describo detalladamente como es que logra enaltecer mi espíritu de tal modo que le ha devuelto esa especie de esperanza en la humanidad. Pues si, como mi gran Shopenhauer yo también me he vuelto misántropo y es que cada día la humanidad me aleja más de si, cada día me siento más ajena al mundo pero el otro día apareció una estrella que iluminó mi día y me mostró que en otro rinconcito del mundo también hay alguien que percibe al mundo como yo y siente al mundo como yo. Y no con esto, quiero decir que yo poseo la verdad absoluta tan sólo quiero decir que mi soledad existencial se suspendió por unos instantes y los colores comenzaron a brillar de nuevo.  Quisiera decir tantas cosas al respecto pero por este momento las palabras se amontonan, y es mejor no permitirles que se desboquen pues de lo contrario puede surgir un pensamiento sin sentido pero hoy están todas ellas muy emocionadas por tenerle. A veces es necesaria una estrella para iluminar las palabras y por fin apareció una que si bien como ya dije no hay certeza de que no sea efímera pero de cualquier modo agradezco su presencia en mi mundo. 

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