Es curioso despertar sin saber exactamente qué se siente. Me gusta.
Veo los rayitos de sol que sin darse cuenta llegan a mi cama y los acaricio con suavidad como agradeciendo ese sutil alumbramiento. Veo a Merlina dormidita y simplemente me siento enamorada. Pienso en todos los que amo, en mi abuelo especialmente quien no está bien de salud, me duelo.
Hoy será un día muy diferente y será un fin de semana feliz sin duda, pase lo que pase quiero ser feliz, lo he decidido.
No estaré en casa, llegaré hasta el domingo, me escapo un rato del mundo (hace falta) y viajare por los laberintos de mi pensamiento, iré hacia los senderos de mis emociones, me renovaré y trataré de regresar a casa ya sin lágrimas que sacar.
Hoy pensé en mi pasado, pasado algo ya distante y me acordé de mi amigo "el lobo", "el wibul" y recuerdo lo lindo que fue esa época, juntos, vivos y sin preocupaciones. Qué lindo hubiese sido tener conciencia de ello. Siempre vivimos como si toda la vida fuese a ser idéntica y no, la vida cambia, en ocasiones de modo radical; de ahí, que he decidido vivir mis días, mis momentos, mis instantes con más intensidad y agradecimiento pues la frase tan mentada en todos lados y por todo el mundo es muy , muy, cierta. "Nada es para siempre". Sí, nada.
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