Trato de sazonar las palabras para que de algún modo sepan bien. En ocasiones vuelve a mi esa sensación de querer ser distinta a la que soy, de ser quien debí haber sido quizá... Me vienen de modo constante todos esos adjetivos que me adjudican, esa lluvia de críticas que siempre he tratado de atenuar. Y es que me he esforzado, juro que lo he hecho y simplemente no sé cómo puedo dejar de ser yo.
Cierto es, que en ocasiones tengo buenos días y me dicen cualidades propias y hasta virtudes cuando ya me va demasiado bien. Pero a pesar de éstas al final recalcan con la frase que ya parece ser la definición completa y absoluta de mi persona; "Eres muy complicada" si, entonces; todo lo bueno se va con el aire siendo esta última sentencia; la causa inverosímil que me condena al desamor y a la soledad.
Ha llegado el momento de darme cuenta cuan estúpida he sido al pretender agradar con quienes de plano no congenio. Hoy de verdad quiero estar sola, no compartirme con nadie porque de plano ni puedo, quiero sentir la verdadera libertad de poseerse solo así mismo, de no tener que dar cuenta de nada. Preguntas tan cotidianas y bobas como ¿nos veremos hoy? ¿con quién vas? ¿a qué hora llegas? ¿a dónde y con quién? ¿cuándo? puf ya las detesto, la verdad ya no quiero ningún interrogatorio de ningún tipo, quiero andar con la libertad que me he ganado y me merezco por el hecho de tomar decisiones valientes y que ya tendré el tiempo de pensar si quiero responder algún día a alguien. Mientras tanto sólo me respondo a mi y ya, no quiero más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario