Descanso entre las ideas que me acongojan tratando de que me llene de nostalgia. Me niego.
Ando caminando por nuevos horizontes, todo pinta bello, de colores cálidos. Sin embargo, aún duele, duele el olor a recuerdo, duele el sentimiento de expectativa. La vida es nueva para mi en estos momentos, en realidad me doy cuenta de como yo misma comienzo a ser otra diferente; una Laura más preocupada por si, por su salud, por su beneficio, por su desarrollo no como filósofa sino como un ser con nuevos proyectos con cosas que implican ser más versátil, más abierto.
Disfruto de este encantamiento de vivir cerca del mar, de poder disfrutar de su paz en las tardes, de tomar un café y leer un libro con el mar de acompañante, leerle las ideas dignas de subrayado y contarle lo que me inspiran esas palabras.
Es magnífico poder charlar con la naturaleza, siempre había querido vivir en un lugar infestado de ella, de conocer bichos fantásticos, de ver volar y acercarse pájaros de colores, de escuchar el susurro de la vegetación y su diálogo con el aire. Eso es para mi lo sagrado, eso es la voz de lo sagrado y lo lleno de misterio. No requiero más, no necesito más. Tengo con que leer, con que escribir, con que pensar; y un contexto que sublima la acción.
2 comentarios:
Precioso el camino que has iniciado. Yo diría que el mejor: el que te lleva a ti misma. Y además en un entorno que reúne buenos ingredientes para lograr estar bien contigo y el mundo.Un abrazo
Gracias Erato, en realidad si es un bello camino y espero que de verdad rinda muchos frutos.
Muchas gracias por venir a casa siempre serás bienvenida.
Un abrazo.
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