Simplemente no sé de qué color es el misterio, siempre lo he imaginado púrpura y creo que me gusta que sea así.
Tampoco sé de qué color sea la nostalgia pero siempre la he imaginado color azul- grisaceo y también me gusta ese tono para esa emoción.
No se de dónde surge mi manía por colorear mis emociones pero desde niña lo he hecho. Creo que es como una especie de rito infantil en el que coloreo mi interior para que éste sea divertido.
Ayer alguien me dijo que le gustaba mucho mi manera de ser puesto que me gustaba reír mucho y jugar mucho. Que sabía divertirme en la vida y que en mi se encontraban muchas mujeres. La niña jugetona, la adolescente caprichosa. la madura apasionada y la que busca ser inteligente y destacar por ello. Curioso, mas bien destaco por mi emotividad y no por mi inteligencia (buu). Lo más curioso es que remataron con una afirmación que en mi vida había escuchado para mi "Eres una persona muy sana" uff qué cosa, hasta sana soy ya.
Toda esta visión sobre mi persona me ha venido a llamar mucho la atención dado que implica que en verdad estoy siendo yo misma. Sin rebeldías, sin luchas sin nada de fuerza; estoy siendo yo así de fácil...
Ya no me importa ni preocupa si decepciono a alguien, simplemente no es mi asunto. No me interesa si soy o no aceptada porque he aprendido a ser feliz sola y agradecida con quien si me acepta como soy.
Ahora el misterio no es parte esencial de mi vida, ahora yo me resulto un misterio, me voy aprendiendo en una dinámica que yo misma me desconocía. Recorro este nuevo mundo con mucha percepción e intuición tratando de poseer los instantes en los que voy dejando mi rastro a la nada. Me gusta saberme extranjera y me acuerdo de Camus. Voy como su extranjero andando de modo indiferente pero con una gran diferencia, que no voy como Meursault invadido de la angustia existencial; mi angustia va más encaminada a la creación. De menos, ese es mi propósito.
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