Es interesante convivir con uno mismo cuando sólo se está con uno mismo; pero es más interesante, convivir con uno mismo cuando ese uno mismo es otro. Me explico; es curioso conocer a alguien que de repente da la impresión que es un yo. Que habla de modo similar, piensa de modo similar, ríe de cosas similares, siente de modo similar, vaya hasta me siento en una farmacia del "doctor Simi" cuando me expreso de este modo. Y es que no hace mucho tiempo (aunque parecen años) llegó un ser que parece mi otro yo. Ahora alcanzo a comprender de modo más claro qué significa vivir con alguien como yo, qué tan complejo puede resultar el hecho pero también; qué tan bello puede resultar el estar con alguien a quien le gusta profundizar, meditar y analizar todo cuanto ve, siente y piensa. ¿Suena cansado no? sin embargo, creo que es y ha sido mi sueño de siempre; sin duda que lo es.
Me gusta pensar que es verdad que existe ese otro yo que no necesariamente sea una "media naranja" y que pertenezca al ámbito de lo romántico; basta con conocerle y nunca dejar de verle.
Hoy agradezco a quien deba ser que le agradezca, que me hizo conocer a ese gran humano que quien sabe de dónde salió ni cómo es que llegó pero que está, que permanece y que jamás se irá.
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