Sobre el marketing

Marketing: nueva palabra, palabra global que se refiere a esta nueva arquitectura mundial de compra-venta. Es maravilloso llegar a casa con tanto material en la cabeza acerca del comportamiento humano. Es preocupante ver lo que la gente hace de sí mismo por el puro impulso de sentirse parte de un grupo social. Es una muestra posmoderna del rito de pertenencia. Jóvenes van y vienen con esa ilusión efímera de sentirse amados y amorosos; este día cursi de "San Valentin",  me cuestiono si en realidad se sabe lo que es el amor. Y de verdad no lo digo porque sea una amargada que bueno, quizá si lo sea; pero a lo que voy es a que me asfixia un poco ver estas representaciones baratas de los grandes valores que distingue a una especia como lo es la especie humana. El amor queda reducido a formas estudiadas y coloreadas para la manipulación del cerebro hacia un consumismo absurdo y sin sentido, a cambio de un instante de goce o placer que no dura más que el momento de la presencia y se esfuma con gran facilidad. Bien; quizá esto sea lo que pasa con nuestros valores, obtenemos el "producto" a un módico precio y se esfuma incluso antes de que se termine de pagar. 

Ojalá algún día de verdad aprendamos a amarnos y no con ositos o chocolates o flores que más que bellas resultan caras. Ojalá nos amemos con lo que en verdad implica esa palabra. Amarnos con honestidad, entrega, deseo, pasión pero no sólo por el otro, por el nuestro; sino por todo el mundo incluida la vida en cualquiera de sus manifestaciones pues tan falta de amor está el pobre como el animal en extinción, los bosques que cada vez se reducen, los mares que cada día son menos habitables para su fauna y como falto de amor está el mundo en general. Un mundo que entre hambruna y guerras, demuestra cada vez más que el ser humano es una especie que sugiere incapacidad para amar. Espero mucho quizá pero por lo pronto prefiero no moverme de donde estoy, abrazarme a mi conciencia y procurar hacer lo que puedo para amar al mundo en general.

No critico a quien disfrute con estas estrategias de consumismo y enagenación es sólo un suspiro de esta asfixia que me colma la esperanza de creer en un mejor futuro; un futuro en el que la conciencia sea la prioridad y no lo olvidado.