La magia se encuentra en cualquier percepción humana, tan sólo, basta que dejemos al misterio actuar dentro de nosotros. Somos magia que habita en los tiempos hipermodernos el problema es que tememos a nuestros propios hechizos y nos da miedo descubrir la belleza de la vida por eso no vivimos sólo nos consumimos.
domingo, 8 de agosto de 2010
Mi examen
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Sobre juicios y demás
domingo, 25 de octubre de 2009
Sobre mis tiempos
Todas las horas del mundo se vienen como avalancha en las emociones de mi oscuridad. La vida es tan corta que nadie tiene que cargar con los errores de los demás. El destino parece que nunca finiquita sus cuentas en sus tratos con la humanidad. Me siento autómata, mi libre albedrío simplemente ha desvanecido de mi conciencia, mi conciencia ha muerto y en ocasiones revive tan sólo para dar a la rebeldía la fascinación a la desobediencia.
Me distingo entre los otros, sólo por el hecho de pronunciarme, por enunciar mi vacío y saber que con nada se llenará. La ausencia de mi misma es tan agobiante que no es necesario enterarme de la tragedia mundial para sentirme tan mal. La vida es así de repente, como una obra de arte espeluznante en la que sólo el autor puede explicar su sentir al donar al mundo su arte. El todo poderoso sin duda tendría que contarnos de que trata este cuadro tan bien logrado de desdichas y desamores así como de todo lo contrario. Todo en una misma obra.
Definir es limitar. He aquí el gran error humano, buscamos siempre conceptualizar, definir, descubrirnos en eso otro que no somos ocasionando así, la ruptura de esos hilos que nos sostienen y mandándonos a un laberinto complicadísimo de seguir. Y es que el romance vive por la repetición y ésta convierte un apetito en arte. Cada vez que uno ama, es la única vez que se ha amado en la vida pues la diferencia del objeto no modifica la singularidad de la pasión, mi pasión. Todo lo contrario conforme amamos de nuevo, nos vemos vertidos en una intensidad distinta en la que nos conocemos más y nos damos menos pero curiosamente amamos más en realidad.
Siempre el amar es tener una primera experiencia, una gran experiencia ¿es acaso esta la búsqueda de la felicidad? ¿es tan sólo el placer por el placer mismo? Es el tiempo una caverna negra en la que el horror de los años y la experiencia adquirida nos hacen sólo mirar el interior de uno mismo. En donde no hay heraldos. En ocasiones ser uno mismo resulta una gran carga.