Estos dos últimos días han sido demasiado surrealistas. Días en los que uno piensa "¿qué pasa, que no entiendo absolutamente nada?" simplemente, no he tenido palabra que evoque todo lo que deviene a mi mente, todas las palabras que se amontonan en mi garganta la cual decide mejor no pronunciar nada. Me duele el pecho, me duele la cabeza, me duele el alma...
Extraño mi pasado, el de niña. Extraño la despreocupación, el juego, el amor. Sí, extraño el amor.
No cabe duda que cada decisión que va tomando uno, va teniendo consecuencias y parece que el entorno comienza a conspirar como para tener el orden caótico que uno al decidir se buscó.
Hoy hablé con mi padre por teléfono y percibí en él una voz de tristeza y temo que es por mi, por mi situación, por mi lejanía, por mi vacío. Dicen que a los padres les duele mucho la soledad y la lejanía de los hijos. Precisamente, al respecto me surgió a mi el pensamiento de "¿y yo, algún día seré mamá? me temo que por mi edad, por mi salud y ahora por mi soledad, ésta; es un hecho ambiguo en mi vida. Creo que no viviré esas preocupaciones ni dolencias nunca. En fin... algo bueno debía de tener ¿cierto?
Cada día me motivo más a trabajar mucho y lograr mis sueños. Éstos sueños que sólo dependen de mi, de mi voluntad y de unas letras bien escritas para merecer su publicación.
Aqui les dejo un bello poema de el grandioso Pedro Casariego a quien ando leyendo y quien con su poema me habló de mi misma. Esa es la maravilla de la palabra escrita; que sea de quien sea, a todos termina por poseer.
: s :
: o :
: l :
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.....
como
la ri
sa de
Dios.
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como
la ri
sa de
Dios.
2 comentarios:
Me fascina tu sensibilidad...
Muchas gracias Daniel, agradezco me leas y ojalá te vea más seguido por aquí.
Un abrazo
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