sábado, 13 de septiembre de 2008

Devenir

En ocasiones me siento como en esta imagen. Una parte de mí, se encuentra ya arrugadita, triste; simplemente ovillada. Pero hay días como el de hoy; que me siento reluciente, jovial y con ganas de trasmitir mi belleza.
¡Es tan perfecta la naturaleza! me lleno de goce cuando veo este tipo de situaciones plasmadas para quienes no la presenciamos en su efímero instante. Cómo hasta en las flores se ven marcadas las tres generaciones de vida ¿no creen?. Vemos a la flor anciana, a la joven madura y el retoño. ¿Será por ello que siempre nos vinculan a las mujeres con las flores? de hecho, también con la luna lo cual implica otro texto. Pero... ¡Es que también somos como las flores! estamos en constantes ciclos, en procesos inacabables desde muy dentro hasta lo somos de modo externo. Nuestra belleza tanto interna como externa siempre esta en procesos aunque aparentemente no los percibamos. 
Ahora entiendo en qué radica la perfección de la vida; en aceptar los cambios como son, todo está en constante devenir. Bien lo decía Heráclito el filósofo de Éfeso, quien intuyó de modo atinado que todo está y no está. ¿Qué mejor ejemplo que esta foto? todo va fluyendo y nada permanece idéntico. Yo no soy exactamente la misma de ayer, soy yo pero con el aprendizaje de un día más de existencia. Es cierto, no todos los días son iguales por fortuna; apenas ayer me sentía como la flor marchita y hoy al despertar, vuelvo a sentirme como la de al lado. Amo la vida, siempre hay oportunidades infinitas de comenzar una vez más. ¡Gracias museólogo! gracias infinitas por ésta flor.

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