lunes, 22 de junio de 2009

El retrato de mi fin de semana


Estos días han sido de mucha reflexión. Me preguntaba acerca de las emociones y el cómo es que éstas funcionan. Leí algo que decía mas o menos de este modo: " Sólo las personas superficiales pasan años para librarse de una emoción. A un hombre que es dueño de sí mismo  le resulta tan fácil acabar con una aflicción como inventar un placer. No quiero estar a merced de mis emociones, quiero utilizarlas, disfrutar de ellas y dominarlas".
¿Realmente se logrará dicha empresa? el dominio de las emociones se me antoja por demás complejo, creo yo, que muchos de los errores de la humanidad son resultado de la falta de capacidad para dominarlas. Sin embargo me cuestiono: ¿Es viable decir que sólo el superficial sufre demás? siempre había pensado lo contrario pero justo ayer leí algo que me confirmó dicha proposición y ahora me ha hecho protagonista de un conflicto emocional (no propio).  Ha venido a reiterarme lo débil que es la especie humana; lo importante que es realmente vivir y adquirir experiencia de lo vivido.  Y para eso, si que se necesitan años de vida.
Hace no mucho estuve con un ser excepcional, un estudioso de sueños eternos, un ser que logra hacer del pasado una presencia histórica. Bien, estuvo unos días en mi mundo y me vino a recordar que es importante tener flores en casa, vino a decir de nuevo a mi vida lo simpáticos que resultan los instantes captados por una cámara. Vino a mostrarme mi belleza a través de una sonrisa del otro. Pero lo más importante para mi, fue que recordé sobre todo, que la palabra "Siempre" es en suma terrible, es una palabra que es capaz hasta de echar a perder un romance, es una palabra que carece de sentido pues la única diferencia entre un capricho y una pasión para toda la vida es que el capricho dura un poco más.
Me gusta pensar de modo tan libre y sin tener que complicarme más, pues basta de ser eso, una mujer complicada, por eso me gustan los placeres sencillos siendo éstos el refugio de una persona complicada.  He decidido alejarme un poco de la razón porque temo caer en una razón bruta lo cual me parece insoportable. Esta razón es propia de aquellos que prefieren hacer dramas de lo vivido y es que hay algo terriblemente morboso en la tendencia tan contemporánea a simpatizar con el sufrimiento. Por fin he comprendido que con lo que hay que simpatizar es con el color, la belleza, la alegría, la vida. Cuanto menos se hable de amarguras de la vida, es mejor.
Y es que de verdad que la humanidad se toma demasiado en serio el pecado original del mundo, ya lo decía Wilde "Si el hombre de las cavernas hubiera sabido reír, la Historia habría sido diferente".
Sin duda alguna, me despido del pasado. Me duele si y mucho, porque no es fácil decirle adiós a todo lo que se construyó en conjunto y ahora verse en soledad deshaciendo todo, es una especie de viudez con la que no se puede tener un pésame.  Porque socialmente no es de tal modo. Pero lo que si es cierto, es que el otro si se encuentra en su paraíso de ahí que yo ande en búsqueda del propio. Y algo hay de cierto en la presente proposición: "La búsqueda de la belleza es el verdadero secreto de la vida" en efecto, porque la belleza es todo aquello que permanece totalmente ajeno al sufrimiento. Ha llegado mi hora de placer, de vivir plenamente lejos muy lejos de todo y todos aquellos que gustan del sufrir. Prefiero vivir en la poesía, habitarla y hacer de ella mi morada, la mayoría de la gente quiebra por haber invertido demasiado en la prosa de la vida  y nada de ésta aprendió. Ahora valoro y añoro presencias infinitas en mi mundo como la del estudioso de sueños, para hacer de mis recuerdos una gran exposición de museo. El museo de la vida, de MI vida.

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