Mostrando entradas con la etiqueta palabra.sentido. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta palabra.sentido. Mostrar todas las entradas

domingo, 21 de febrero de 2010

Carta para decir adiós


Quisiera escribirte una carta interminable en la cual, hubiesen depositadas todas esas palabras que nunca dije, en donde quedara claro el gusto por estar a tu lado, el deseo inaudito que existió y se consumió una y otra vez.
Sí, dejar una carta en la que lo más bello de mi ser fuese escrito con sus puntos y sus comas bien establecidas; con la ortografía perfecta y la fonética ideal al ser leída en voz alta. Tan alta como para quedar impregnada en los tímpanos de tus oídos. Hoy quisiera deletrear en esa carta cada letra con el sentido idóneo, escribir lo no escrito y pronunciar del lenguaje lo que nunca más será pronunciado, que mis manos hablen sin parar para desahogar no sólo el alma sino cada uno de mis sentidos, que describan de modo poético lo que olieron de ti, lo que saborearon de ti, lo que sintieron contigo, lo que vieron de ti que nadie verá jamás pues nadie te verá con mis ojos negros ni te hechizara como yo lo hice.
Hoy quisiera dejar una carta interminable en donde quede asentado que aunque sea un cuerpo alejado más que un alma extranjera, hoy mi rostro es un misterio en el cual todos buscan romper los múltiples silencios que han teñido la ausencia.
Hoy dejaría una carta con diálogos de asombros, con hilos de letras llenos de complicidades, con anhelos dibujados y una imaginación voraz y equívoca de deseos no escuchados.
Hoy la escribo vestida con mi velo ritual de melancolía, mis ojos reflejando los relámpagos de mi piel y mi sangre evaporándose junto con la pronunciación de estas letras.
Hoy dejo esa carta escrita en silencio, armada con las palabras de la ausencia que emanan de la luz y humedad de mi cuerpo. Guardo el sabor del silencio en mi memoria.

domingo, 28 de junio de 2009

El espiral

Tal parece que las cosas van tomando su rumbo. Sin duda, un rumbo muy distinto incluso al imaginado. Alguien ayer me dijo algo que como todo lo que me dicen sobre mi misma me deja pensando. Me dijeron: "Eres como un espiral" desafortunadamente la situación se torno distinta en un segundo y ya no tuve oportunidad de preguntar ¿qué significaba que yo fuese como un espiral? apenas y vuelva a ver a este ser, le haré la pregunta. Mientras tanto, me dio material para yo estarme comiendo el cerebro un poco. Me acordé entonces de algo que dijo el gran filósofo Andrés Ortíz -Osés en una entrevista y cito:

"La hermenéutica se constituye en una filosofía existencial consciente de la contingencia y, por tanto, de la defección; una tal filosofía debe saber que amamos con nuestros defectos, más aún: que amamos por nuestros defectos, los cuales condicionan precisamente nuestra necesidad de el/otro."

El que yo fuese un espiral me llevó a querer interpretar este ir y venir  de estados y modos de permanecer en el mundo, mi mundo. Quizá resulte confuso y es que lo es para mi desde la entraña, de ahí que muy seguramente surja "tan compleja" frase que ya repito con tintes de burla de mi misma. Y es que conforme me voy conociendo, me percato de la complejidad que implica el ser tan consciente del ser en toda su potencialidad. Es caro ser así, la vida se antoja más sencilla pero es el intelecto el mayor enemigo de los bienes simples. Por más que he querido desprenderme de este estado de complejidad se adhiere a mi ser, como ya parte esencial del mismo. Por lo mismo, es que retomé la cita del gran hermenéuta de Bilbao.  Pues sólo quien se logra interpretar así mismo por medio de un proceso hermenéutico puede entonces quizá, no liberarse del estado de complejidad; pero si, darle sentido. De tal modo que sea una especie de virtud bien encaminada.
Dilige, et quod vis, Fac decía San Agustín y cuanto de verdad hay en esta frase tan pequeña; amar y hacer lo que uno ama. Es justo la sentencia del existir ¿qué tan difícil es? es carísimo, me consta, en ocasiones implica ir en contra de lo establecido, en contra incluso de los egos de uno mismo que de repente dominan al ser propio. En fin, soy una especie de espiral que tan sólo busca ser tan estético como lo es el espiral, tan intrigante y misterioso como todo aquello que aparece de modo heroico por el simple hecho de ser uno  mismo.
Es fantástico sin duda este apalabramiento  ontológico que me lleva hacia un sentido de ser yo misma.  Esta relación simbólica o coimplicacional que muestra la complicidad de ser y sentido; esta conjunción entre hombre y mundo; entre lo divino y lo humano, finalmente; entre hombre y destino. Y hacia allá voy...

lunes, 22 de junio de 2009

El retrato de mi fin de semana


Estos días han sido de mucha reflexión. Me preguntaba acerca de las emociones y el cómo es que éstas funcionan. Leí algo que decía mas o menos de este modo: " Sólo las personas superficiales pasan años para librarse de una emoción. A un hombre que es dueño de sí mismo  le resulta tan fácil acabar con una aflicción como inventar un placer. No quiero estar a merced de mis emociones, quiero utilizarlas, disfrutar de ellas y dominarlas".
¿Realmente se logrará dicha empresa? el dominio de las emociones se me antoja por demás complejo, creo yo, que muchos de los errores de la humanidad son resultado de la falta de capacidad para dominarlas. Sin embargo me cuestiono: ¿Es viable decir que sólo el superficial sufre demás? siempre había pensado lo contrario pero justo ayer leí algo que me confirmó dicha proposición y ahora me ha hecho protagonista de un conflicto emocional (no propio).  Ha venido a reiterarme lo débil que es la especie humana; lo importante que es realmente vivir y adquirir experiencia de lo vivido.  Y para eso, si que se necesitan años de vida.
Hace no mucho estuve con un ser excepcional, un estudioso de sueños eternos, un ser que logra hacer del pasado una presencia histórica. Bien, estuvo unos días en mi mundo y me vino a recordar que es importante tener flores en casa, vino a decir de nuevo a mi vida lo simpáticos que resultan los instantes captados por una cámara. Vino a mostrarme mi belleza a través de una sonrisa del otro. Pero lo más importante para mi, fue que recordé sobre todo, que la palabra "Siempre" es en suma terrible, es una palabra que es capaz hasta de echar a perder un romance, es una palabra que carece de sentido pues la única diferencia entre un capricho y una pasión para toda la vida es que el capricho dura un poco más.
Me gusta pensar de modo tan libre y sin tener que complicarme más, pues basta de ser eso, una mujer complicada, por eso me gustan los placeres sencillos siendo éstos el refugio de una persona complicada.  He decidido alejarme un poco de la razón porque temo caer en una razón bruta lo cual me parece insoportable. Esta razón es propia de aquellos que prefieren hacer dramas de lo vivido y es que hay algo terriblemente morboso en la tendencia tan contemporánea a simpatizar con el sufrimiento. Por fin he comprendido que con lo que hay que simpatizar es con el color, la belleza, la alegría, la vida. Cuanto menos se hable de amarguras de la vida, es mejor.
Y es que de verdad que la humanidad se toma demasiado en serio el pecado original del mundo, ya lo decía Wilde "Si el hombre de las cavernas hubiera sabido reír, la Historia habría sido diferente".
Sin duda alguna, me despido del pasado. Me duele si y mucho, porque no es fácil decirle adiós a todo lo que se construyó en conjunto y ahora verse en soledad deshaciendo todo, es una especie de viudez con la que no se puede tener un pésame.  Porque socialmente no es de tal modo. Pero lo que si es cierto, es que el otro si se encuentra en su paraíso de ahí que yo ande en búsqueda del propio. Y algo hay de cierto en la presente proposición: "La búsqueda de la belleza es el verdadero secreto de la vida" en efecto, porque la belleza es todo aquello que permanece totalmente ajeno al sufrimiento. Ha llegado mi hora de placer, de vivir plenamente lejos muy lejos de todo y todos aquellos que gustan del sufrir. Prefiero vivir en la poesía, habitarla y hacer de ella mi morada, la mayoría de la gente quiebra por haber invertido demasiado en la prosa de la vida  y nada de ésta aprendió. Ahora valoro y añoro presencias infinitas en mi mundo como la del estudioso de sueños, para hacer de mis recuerdos una gran exposición de museo. El museo de la vida, de MI vida.

miércoles, 10 de junio de 2009

Mi existencia lectora


He estado disfrutando mi estancia solitaria como nunca. Lejos de todo murmullo y envuelta en los silencios que llegan uno tras de otro tan sólo para recordarme lo bello que es el estar inmerso en los textos. Recuerdo a Kafka y sus cartas a su Felice Bauer:

"Una vez dijiste que te gustaría estar sentada a mi lado mientras escribo; pero date cuenta de que en tal caso no sería capaz de escribir (...) nunca puede estar uno lo bastante solo cuando se escribe (...) nunca puede uno rodearse de bastante silencio (...) la noche resulta poco nocturna, incluso".

En efecto, se requiere de una soledad extrema, de un "cuarto propio" diría Virginia Wolf. Y es que es en este estado de retiro social en el que uno se encuentra consigo mismo y entonces se atreve uno a escuchar la voz más profunda que resurge de lo que somos de modo auténtico. 
Cada vez descubro más amor por la actividad de leer y es que muchas veces es el lugar de cruce entre el sueño y la vigilia, entre vida y muerte, entre lo real y lo fantástico se representa por este bello acto que es la lectura. Como diría Kafka "La vida no se detiene se separa del que lee y no lee". Los que leemos vivimos en una especie de mundo paralelo que en ocasiones pensamos es parte de la realidad. Sin duda, este es un mundo digno de habitar, un mundo en el que los más grandes personajes mueren por amor, se dan sin reserva a un ideal, y saben escuchar el silencio de quienes estamos atentos a sus actos.  Es una forma de vida, distinta, muy distinta a la que la sociedad comprende. Pues es en estos mundos en los que uno conoce y comprende la condición humana, es el lugar en donde se descubre la verdadera esencia del existir. Un sentido de la vida que no se cuestiona sólo se significa y asume.  Pienso en Borges y su ficción en donde nos construye un mundo , un universo, un refugio en el cual, podemos ocultarnos frente a la hostilidad del mundo "real".
Amo mi mundo, mi existencia lectora, amo mi habitar interpretativo porque es aquí en donde me siento en paz, plena y feliz. Conviviendo con personajes que han comprendido la existencia y me muestran sus verdades de las cuales, voy aprendiendo de ellas. No hay libros buenos o malos porque el acto de escribir no es un acto de moralidad, ya lo dijo Oscar Wilde.

jueves, 28 de mayo de 2009

Sobre las distancias


Me encantan las distancias cuando hacen que un misterio se devele, y es que me ha llegado a encantar el secreto; me parece que es lo único que puede hacer de esta vida tan agitada algo misterioso y maravilloso. Basta con que exista el mínimo detalle por descubrirse, aporta algo de romanticismo a la vida. 
Hoy me descubro frente a alguien cuya personalidad es fascinante, cuya presencia absorvería toda mi alma. Oscar Wilde dice que no hay nada que el arte no pueda expresar. Yo no sé hacer arte, pero si de algún modo puedo construírte un mundo con mi palabra entonces lo haré.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Despertando sin conciencia

Hoy desperté con la conciencia bastante callada. Me imagine una especie de despertar poético en el que sólo el silencio y yo fuimos testigos de mi renacer. Y es que dicen que un sueño profundo es como un ensayo de la muerte. 
Me quedé pensando un rato sobre la almohada, entendí que es preciso el mundo una construcción de fragmentos y que no hay un sentido entre uno y otro. Me entregué más aún al silencio pues ya lo decían varios monjes que conocí por ahí: "el silencio es un camino". Siempre me quedé con esta frase y es que es tan cierto, el silencio en verdad puede llegar a ser un gran amigo, un amigo que nos toma de la mano y nos convida a "salir de las cosas" para entrar en nosotros mismos.
Así es como entonces comprendí, que esta fragmentación del mundo posiblemente sea a falta de una palabra. Si pues ya lo mentaba Heidegger en varias de sus obras; sólo del silencio brota la palabra auténtica. Y si es así, y como ya lo dice San Juan "En el principio fue el Verbo" entonces, ciertamente es una palabra la que puede otorgarle sentido a el mundo de nuevo.
¿Valdrá la pena buscar dicha palabra? ¿tendrá realmente este silencio un  sentido de urgencia?  En fin... ojalá algún día la palabra se devele y todos entendamos su sentido y significado.

Aquí pongo mi mantra favorito para invocar al silencio.