De repente he sentido que todo se mueve de un modo rápido, que quizá sea preciso por la cercanía al mar que los momentos van y vienen como las olas. Todo de momento parece estático y de repente un movimiento un poco rudo despierta del letargo que da el descanso.
Sí, me he sentido afortunada, pero hoy si enunciara los "por qués" entonces transcribiría de mi mente una lista interminable de asuntos y resultaría sumamente aburrido para todos los que ni me conocen y los que me conocen, si es que hay alguien que verdaderamente lo haga y si lo hay que me presente a mi misma conmigo. De ahí que me conformo con decir que gracias.
Regresando al devenir, acá todo va y viene y debo confesar que eso me ocasiona un poco de angustia kierkergiana (¿Así se escribiría la adjetivación de Kierkegaard?) en fin, esa angustia que se me presenta como aquello que me domina por el hecho de que lo temporal está tomando el control. Detesto todo lo que va y viene y la paradoja es que por otro lado me emociona. ¿Contradicciones? no, es sólo la paradoja de ser un ser humano.
El movimiento no sólo temporal sino el movimiento de vaivén que surge en el alma es lo que colma la paciencia de alguien como yo, alguien que con fortuna aún no se encuentra y no sabe a ciencia cierta qué desea de la vida pues he llegado a la conclusión que no soy nadie para pedir a la vida soy yo quien debe darle a ésta. He ahí un grave problema de interpretación social. La vida está, permanece y ofrece; uno es quien debe acercarse a ésta y tomar con respeto y cautela, y dar, dar mucho de lo que uno es para no haber existido sin sentido. En fin... de nuevo el asunto este de las interpretaciones aparece en mi vida. Me gusta. Nietzsche, bienvenido de nuevo a mi mundo que sin duda me conformaste desde mis años mozos, mi pensador complejo y lleno de sin sentido coherente, de pasión desenfrenada por el pensamiento y dolor, un profundo dolor por esta vida que nunca te comprendió en existencia activa.
Aquí ando yo por tus senderos de existencia en los cuales aprendo a ser lo que soy con tus mismos desenfrenos, tus mismos excesos pero con cautela de no ir más allá de lo que no pueda controlar mi razón. Soy un ser irracionalmente racional pues juego a no serlo, me engaño y me descubro, me entrometo en mis secretos y después me los desdigo. Es una especie de esquizofrenia mental en la que juego a ser y no ser para encontrar el sentido de todo esto que tengo ante mi misma como lo que diría Husserl el "mundo de la vida". No me interesa ni ponerla entre paréntesis pues soy yo quien se ha puesto, soy un paréntesis andando y siendo la que he sido, siendo una diferente y en ocasiones sólo observando. Juego de modos de ser con los cuales sólo voy creando entornos simpáticos y empáticos con el fin único de que mi permanencia pertenezca al recuerdo de quien se tope con mis juegos, mis seducciones y mis pasiones que emanan de mis deseos más ocultos y que poco a poco se develan para ser probados por quien yo quiera, ser conocidos por quien yo decida y ser admirados por quien logre todo lo anterior.
Misterio, si, eso sigo siendo y siempre lo seré hasta para mi misma.