El mundo hoy parece quedo, camino por doquier y parece que tan sólo floto. Juego a que soy invisible ¿algún día lo habré sido? toco mis ojos y me percato que si se encuentran abiertos, muy abiertos por cierto. Deambulo por ahí, por donde me gusta y es que no hay mejor sitio para hacerlo que los recovecos de mi cuerpo.
Hoy fui ahí, a ese sitio que en un tiempo me perteneció ( o eso pensaba) volver ahí fue nostálgico y es que todo esta muy diferente y a la vez igual. Me dolió. Evadía regresar ( como suelo hacerlo) esto de evadir es un verbo que me gusta conjugar de repente. Pero hoy ya no pude dejar de asistir. Dolió, si, ya sé que lo he escrito pero cuantas veces sea necesario lo haré porque el dolor fue profundo. Pero nada mejor que un dolor como ese para retirar por completo el recuerdo y por ende recomenzar.
Conforme pasan los días por mi ser, más convencida estoy de lo absurdo que se torna la vida cuando la intenta uno vivir como los demás. En definitiva, no soy de este mundo puesto que conforme paso horas aquí (que en tiempo humano son años) reafirmo lo erróneo que resulta el modo de existir.
La verdad es que amo a la vida pero mi mecanismo de sobre vivencia ha sido el sarcasmo y la ironía porque de lo contrario me sería imposible respirar ese aire infestado de falsedad.
Hoy por ello hice esas cosas que suelo hacer y que me causan un disfrute impresionante:
1) Oler el barniz de mis uñas y pintarlas de negro.
2) Masticar muchos chicles a la vez con tal goce hasta exprimir por completo el sabor y cambiarlo de inmediato por otros.
3) Escuchar música sólo para mi con audífonos y bailar (porque bailo mucho a solas, jamás en público).
4) Soñar despierta.
5) Escribir un poema (muy malo por cierto, se requiere estar enamorado de repente)
6) Pasear a Merlina y decirle que la amo.
7) Beber un café por la tarde a solas en el área común y pensar.
8) Sentarme afuera de mi casa y recibir a los murciélagos.
9) Conversar con alguien importante para mi.
10) Leer.
Todo esto, son tan sólo detallitos de lo que es mi día, y es que cada día es tan distinto. Mañana tengo una cita interesante, no hablaré mucho al respecto porque más que ser una cita con alguien es conmigo misma. Ya lo requiero. Hace ya días que no veo a E. y es que es tan igual a mi, tan aislado, tan solitario, tan libre, tan independiente, tan celoso de su espacio y tiempo, tan yo y yo tan él. Ricoeur aquí si que tiene razón pero la verdad le ando torciendo el brazo un poco al Francés porque ni se refiere a eso, él se refiere a la empatía que implica el ser un hermenéuta y yo sólo hablo del hecho de ser los que somos. Pero aún así, suena bien eso de citar a un filósofo para que no sea tan extraño esto de la similitud con E. Y es que todo lo que es así; extraño, suele gustarme pero en este caso suele asustarme en fin, menesteres del alma que gusto de meter a la conjugación del verbo yo evado, tú evades, nos hacemos mensos y así con cada pronombre personal. (esto de la gramática suele ser entretenido). Por cierto, hoy escribí una carta a E. espero ir pronto al correo a ponerla porque es una promesa hecha que no he cumplido aún. Seguro a E se le ha olvidado pero el no cuenta con mi cerebro pues yo nunca olvido lo que digo ( a veces es desafortunado el hecho) pero pensaré bien si enviar esa carta porque como siempre, sólo escribí de mi con un dejo de ficción y surrealismo ya saben que a todo le pongo fondo musical pero es que en definitiva, yo no existiría sin la banda sonora de mi propia existencia. Y como ya no hay mucho que decir, mejor dejo un poco de esa banda sonora...