jueves, 31 de julio de 2008

Tan solo me cautivas


Tú sonrisa me cautiva, me enloquece pero también me llena de un misterio que no logro concebir.
Hablas de muchas cosas, en ocasiones hasta parece que intentas demostrar algo, demostrarme algo. Me gusta tu sorpresiva presencia, y me endiosa tu encanto, un encanto que te esfuerzas en mantener oculto por tus miedos y temores absurdos ante las circunstancias.
Me recuerdas a Kierkergaard y sus dilemas existenciales (lo hago o no lo hago), esa angustia que describe el danés me la trasmites con todos tus recelos y comentarios llenos de acertijos.
Tus modos y tus formas no son las mejores que he conocido sino todo lo contrario, sin embargo, algo pasa que me conviertes con un sólo movimiento en tuya.
Sí, tal parece que tienes vínculos con lo mágico y haces unos cuantos pases mágicos y me conviertes en el ser más dócil ante tus pies, ¿qué curioso no? pero de momento me devuelven la conciencia y logras que hasta me enfade conmigo misma como nunca.
En fin... tan sólo eres un espejo más en donde reflejarse, un yo mismo que me muestra un lado oculto de lo que soy.

1 comentario:

Unknown dijo...

Este escrito tuyo me encanta...me gusta leerlo y volverlo a leer y saber que tu eres esa persona que "tan solo me cautiva".
Tu palabra se ha vuelto casi indispensable para mí...no dejes de escribir. Saludos.