La magia se encuentra en cualquier percepción humana, tan sólo, basta que dejemos al misterio actuar dentro de nosotros. Somos magia que habita en los tiempos hipermodernos el problema es que tememos a nuestros propios hechizos y nos da miedo descubrir la belleza de la vida por eso no vivimos sólo nos consumimos.
sábado, 2 de mayo de 2009
La confesión
viernes, 1 de mayo de 2009
Sobre la muerte en vida
El caos sin orden
domingo, 26 de abril de 2009
Cerrando puertas
viernes, 24 de abril de 2009
La sentencia de ser yo misma
sábado, 18 de abril de 2009
viernes, 17 de abril de 2009
Mi suicidio
Si algo puedo alterar son exclusivamente los límites del mundo, de ahí que las lágrimas se han convertido en cristales de recuerdos, congelados para que no hagan más daño pero también para no olvidarse.
No hay nada más triste que morir de nostalgia por algo que no se vivirá nunca. Sé que no lo viviré, sé que no lo sentiré de ahí la nostalgia que viene a cuento junto con todos esos recuerdos que hablan de eso que permaneció en potencia y no se hubo de realizar.
Voz hecha ceniza en la hoja que está en blanco, eso soy yo, cenizas hechas palabras para pronunciarse por lo que aún no aparece. Me quedo en silencio y sin movimiento para no despertar ese monstruo llamado razón.
No quiero pensar más, no quiero sentir más una emoción lógica, cedo mi voluntad al demonio creativo, que haga de mi lo que más le concierna y lo que menos me parezca a mi. Creo que eso está lejos de un solipsismo racional. De ahí mi falta de certeza; la que seguro me conducirá hacia la probabilidad de lo inacontecible. Ya no quiero ser parte del espectáculo social.
La única realidad de la que puedo estar segura es la de mi YO y no tengo idea si mis pensamientos y sentimientos están realmente conectados con la realidad, sin embargo, no es cosa que me ocupe en este momento. Estoy más interesada por recorrerme por dentro, indagar en mi memoria y exorcizar los demonios que contenga en ella, liberarme de las ataduras de los malos recuerdos y los falsos sentimientos.
Me encuentro en busca de mi gramática, de mi lenguaje real, ése que me hará decirme a mi misma lo que soy, Estoy planeando un crimen, el crimen de mi misma pues dicen que los grandes crímenes han sido los corolarios de las grandes civilizaciones, entonces me mataré a mi misma para que de mi surja una gran civilización de ideas, que resurja no sólo la palabra no dicha sino el acontecimiento de mi misma. Muchos dirán que el suicidio no es ético pero esos que pronuncien semejante juicio están lejos de comprender que la ética es trascendental y por tanto inexpresable por medio de la palabra, en conclusión; la ética es imposible en estos casos. Por lo tanto me asesino porque no hay razón lógica para no hacerlo. Seré un prometeo liberado.
“Lo auténticamente esencial es tratar de detectar lo anómalo en lo que nos parece familiar, y a continuación formular las preguntas verdaderamente pertinentes para llegar a la verdad” ( Philip Kerr)