domingo, 24 de agosto de 2008

Navegando entre las nubes

Me encuentro navegando entre las nubes. Es maravilloso el espectáculo de luces que se ve desde arriba. En ocasiones me pregunto ¿por qué perdemos nuestra capacidad de asombro conforme más creemos conocer?

Es grandioso darse cuenta de que se es capaz de volar y lo digo de modo literal. Cuántas veces he ido y venido, cuántas ideas me han brotado desde estas latitudes del cielo y nunca lo había dicho. Es maravilloso dialogar con uno mismo en este espacio tan lejano de todos lados. Me gusta; no tengo idea si así será ese viaje tan temido llamado muerte.

Es extraño este regreso y debo decir que lo extraño radica en dejar algo pero no entiendo qué. Nunca he sido supersticiosa ni mucho menos de presentimientos extraños pero hay algo en mi interior que me ahoga la garganta y me hace brotar un lagrimeo involuntario. No sé si sea que no siento ya que regreso a casa  o que tal vez siento que hay algo en mi que no sabría describir. Me imagino como una especie de bolita que se pasea por mi interior plasmándolo de miedo, un miedo a no se qué. Pero que así lo decido llamar en lo que puedo comprenderlo mejor.

Me gusta esta especie de soledad, esta soledad de estar en medio de muchas personas que ni te hablan y hacen que ni te ven, ¡viva la vida líquida! Recordando a Bauman (de modo cínico) y es que aunque son criticables estos acontecimientos, en momentos me parece algo placentero. Tan sólo  mi máquina, mi música en este caso la voz de Lisa Gerard  y mi pensamiento tomando forma de palabra. Para mi, este es un momento que describiría  como sagrado desde mi influencia maravillosa de Eliade. ¡Wow! creo que me gusta esto de estar sobre un avión sin tener el compromiso de dialogar con nadie y de entregarse  simplemente a lo que dicte la música y el sabor de café que queda tras cada sorbo que doy, me gusta esta especie de intimidad masiva que de momentos me hace sentir como una  completa enajenada pues recuerdo a Lipovetski y su Era del vacío pero en momentos como éste es simplemente sublime el poder sentirme tan en mi momento sin ser ni siquiera un sitio que me pertenezca. Es en realidad esto ¿ser un habitante global? No lo sé, simplemente busco plasmar  lo que la oscuridad de la noche me inspira pues el viaje comenzó al atardecer y ahora sólo observo un horizonte perdido y lejano que se pierde en la oscuridad de la noche. Hasta mañana digo al mundo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hey...
Pues estoy leyendo lo que has escrito, me identifico contigo en muchisimos aspectos; ojalá podamos platicar pronto.
Abrazos,
MMZ*

Emma Laura dijo...

Me da mucha emoción que me leas Marina, ojalá lo hagas muy seguido para escuchar tu rastro por aquí.

Un abrazo inmenso y espero verte pronto.